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Las obsesiones del horror mexicano contadas por Antonio Ortuño: «Agua corriente»

Estos cuentos cortos y ruidosos han sido descritos como eficaces relámpagos, como metáforas del violento horror mexicano, como críticas de la realidad política, pero sobre todo, como hazañas formales de un escritor que ya tiene un estilo inconfundible. En esta recopilación, el que sin duda es uno de los autores más corrosivos de la literatura mexicana presenta al lector un grupo de personajes contradictorios, siempre cambiantes, siempre en ebullición, que si algo tienen en común es su tendencia a rebelarse ante el nefasto destino que va a devorarlos, y la facilidad con que dan un paso en dirección del asombro y otro hacia la carcajada. El fracaso del machismo tal como lo entendemos y la ridícula altura de muchas aspiraciones colectivas son dos de los temas que recorremos con inmensa velocidad, precisión y sarcasmo en «Agua corriente», de Antonio Ortuño.

En este nuevo libro de Ortuño podemos apreciar un diverso panorama de las obsesiones y cuestionamientos que el propio autor ha desplegado a lo largo de su obra.

Te compartimos los primeros párrafos de Ars Cadáver, uno de sus cuentos intermedios:

«Ars Cadáver

–Es una pieza notable– dice Ugo con vocecita arrogante de connoisseur–. Míralo: es un zapato que encontré en el metro Partenón. Pertenecía a una chica que se arrojó al paso de los vagones cuando supo que no había conseguido plaza en la Universidad. ¿Notas la mancha púrpura en la suela? No, por supuesto que no es sangre, la sangre estaría negra a estas alturas y apestaría. Es acrílico rojo para figurar sangre, es mi toque, ese toque que Éctor no agrega, porque él exhibe las cosas tal como las encuentra,  ¿verdad?

Éctor está cruzado de brazos y ofrece un gesto mínimo de fastidio. Es tan delgado como Ugo y resulta arduo diferenciarlos debajo de sus sombras de rímel y sus estrechos ropajes color cobre. Debería distinguirlos, Ugo es mi hermano y Éctor sólo su socio y hace pocos meses que vive en el Taller. Pero no suelo distinguir a los habitantes del Taller en más categoría que quién tiene senos y quién no.

–En cambio– refuta Éctor, y me doy cuenta que lo hace como un nuevo movimiento en el ajedrez de una discusión que antecede mi llegada–, esta calzaleta la encontré en un lugar no especificadoe. No sé a quién pertenece ni me interesa si fue usada por un pie femenino o uno infantil. Es un objeto en sí mismo, un orbe cerrado al que sólo podemos espiar por la ranura de un compartimento.

–¿Decidiste ponerla en el compartimento?–inquiere Ugo, trabados los dientes y alarmada la voz.

–¿Un lugar no especificado? –digo yo, que soy un poco lento de reacciones.

–No especificado. Jamás diré dónde encontré la calzaleta, porque la estaría cargando de anécdota y despojándola de su individualidad en cuanto a objeto. Y sí, la meteré en el compartimento y tendrán que verla por medio de un telescopio.

–¿Telescopio? ¿Cómo puedes…?

Alguien abre la puerta de madera con violencia, y su cuerpo esquelético anuncia que es Hana, actriz consumada, y su ropa color cobre agrega que es administradora del Taller y novia de Éctor.

–Éctor va a meter la calzaleta al compartimento. Y además va a usar el telescopio –denuncia Ugo en cuanto la ve, con premeditado acento bélico.

Pero a Hana le estremece los hombros un ligero temblor y curva una de sus manos hacia el rostro con ademán desolado.

–Vengan al congelador, vengan, por favor vengan. Húrsula está muerta.»

Agua corriente

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En Agua corriente podemos apreciar un diverso panorama de las obsesiones y cuestionamientos que Ortuño ha desplegado a lo largo de su obra.

Conoce las nuevas portadas de los clásicos de Gabriel García Márquez

Grupo Planeta, editor del Premio Nobel, celebra este año la obra y el legado de Gabriel García Márquez. Asimismo, la renovación de los derechos de toda su obra en exclusiva para México, Centroamérica y El Caribe.

La obra, que se publica en el sello Diana desde1986, incluye la recopilación de todo su trabajo periodístico, cuentos y novelas.

Además, desde el viernes 19 de marzo, toda la obra de García Márquez estará disponible en formato e-book y, a partir del 10 de abril se encontrarán en librerías las ediciones impresas con nuevas portadas.

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Consulta todas las actividades que el grupo ha preparado para celebrar a Gabo, dando click aquí.

‘Hombres sin mujeres’, el nuevo libro de Haruki Murakami

Hasta entonces, Kafuku se había subido a un coche conducido por una mujer en varias ocasiones y, a su modo de ver, la manera de conducir de las mujeres podía clasificarse básicamente en dos tipos: o un poco demasiado brusca o un poco demasiado prudente. Por suerte, esta última era mucho más frecuente que la primera. En términos generales, ellas conducen con mayor prudencia y cuidado que los hombres. Desde luego, uno no tiene derecho a quejarse de que alguien conduzca con prudencia y cuidado. Sin embargo, a veces esa forma de conducir puede exasperar a los demás conductores.

Por otro lado, da la sensación de que muchas de las conductoras que pertenecen al «bando brusco» se creen que «ellas conducen bien». Se burlan de las conductoras excesivamente prudentes y se enorgullecen de no ser como ellas. Pero, cuando realizan un cambio de carril temerario, no parecen darse cuenta de que algunos de las conductores que las rodean sueltan suspiros o improperios mientras se ven obligados a utilizar el freno más de lo habitual.

También hay, por supuesto, quien no pertenece a ninguno de los dos bandos. Son mujeres que conducen con total «normalidad», ni con demasiada brusquedad, ni con demasiada prudencia. Entre ellas, las hay bastante hábiles conduciendo. Sin embargo, incluso en esos casos, por una u otra razón Kafuku siempre notaba en ellas cierta tensión. No podría explicar de qué se trata en concreto, pero cuando va sentado al lado de la conductora percibe una «falta de fluidez» que le impide sentirse a gusto. La garganta se le reseca o se pone a hablar de cosas triviales e innecesarias para romper el silencio.

Obviamente, entre los hombres también hay quienes conducen bien y quienes no. Pero, por lo general, no le transmiten tensión. No es que vayan relajados. Seguramente también están tensos. No obstante, parecen saber cómo separar de modo natural -tal vez inconscientemente- dicha tensión de su talante. A la vez que prestan atención a la conducción, charlan y obran con un nivel de absoluta normalidad. En resumen: una cosa es la tensión y otra el talante. Kafuku desconoce dónde radica esa diferencia.

Pensar separadamente en los hombres y las mujeres no es algo que suela hacer a diario. Apenas nota diferencias en las competencias en función del sexo. Su profesión lo obliga a trabajar con el mismo número de mujeres que de hombres y, de hecho, se siente más cómodo al trabajar con ellas. Por lo general, están atentas a los detalles y saben escuchar. Pero, en lo que concierne a conducir, cuando se sube en un coche pilotado por una mujer, en ningún momento deja de ser consciente de que es una de ellas la que lleva el volante. Esa opinión, sin embargo, nunca se la ha expresado a nadie. No le parece un tema apropiado para hablar con los demás.

Extracto de Hombres sin mujeres, de Haruki Murakami.

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Hombres sin mujeres, de Haruki Murakami, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Tusquets.

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Un libros para aquellos que han amado, o al menos lo intentaron.

En el buró de… Daniela Tarazona

Daniela Tarazona es la autora de Incluso los labios, uno de los siete relatos eróticos que componen la antología Pide un deseo, editada por la colección La sonrisa vertical, de Tusquets.

Luego de leer su cuento, nos hicimos una pregunta: ¿Qué libros tendrá esta escritora en su buró? ¿Cuáles serán sus influencias? ¿Qué títulos la han hecho llorar y, por el contrario, cuáles la han decepcionado?

Si te pasó igual que a nosotros, o simplemente eres un lector curioso, compartimos contigo En el buró de… Daniela Tarazona.

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¿Cuál ha sido el mejor libro que ha leído este año (2014)?
Secretos a voces, de Alice Munro.

Si tuviera que escoger a una o un novelista favorito, ¿cuál sería?
No lo sé.

¿Qué tipo de historias son las que le atrapan?
En las que hay espacio para conjeturar e interpretar. Historias con espacios vacíos.

¿En qué manera influyen en su vida los libros que lee?
En leer de otro modo la existencia.

¿Qué libro nos sorprendería encontrar junto a su cama?
El que no sé cómo llegó hasta allí.

¿Cuál ha sido el libro que más le ha marcado?
Muchos, y siempre aparece uno que desmarca al anterior.

Su lugar favorito para leer es…
Mi estudio.

¿Cuál es el primer libro que recuerda haber leído?
Uno de Mafalda.

¿Había libros en su casa cuando era niño?
Sí.

¿Tiene un héroe o personaje favorito de literatura infantil?
No es, precisamente, de la literatura infantil, pero Mafalda es mi personaje favorito.

¿Cuál ha sido el mejor libro que le han regalado?
El Diccionario de símbolos, de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant.

¿Qué libros están en su buró en este momento?
Es un secreto.

¿Qué libros adornan la mesa de su sala?
Ninguno.

¿Cuál fue el último libro que le hizo llorar?
Uno que estoy escribiendo.

¿Cuál fue el último libro que le hizo reír?
Planilandia. Una novela de muchas dimensiones, de Edwin A. Abbot.

¿Cuál fue el último libro que le hizo haber deseado ser usted quien lo escribió?
Son muchos.

¿Cuál fue el último libro que abandonó sin terminar de leerlo?
Es un secreto.

¿A qué escritor, vivo o muerto, le gustaría conocer? ¿Qué le preguntaría?
A Elfriede Jelinek, pero no sé qué le preguntaría.

Su siguiente lectura será…
La que me llame.

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Pide un deseo, una antología publicada por Tusquets en su colección La sonrisa vertical, está disponible en librerías.

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Varios Autores

 Pide un deseo…porque con cada año que pasa, llegan nuevas y mejores experiencias.

‘Vampiros y limones’: cuentos de terror y humor escritos por Karen Russell

En octubre, los hombres y mujeres de Sorrento recogen el «primo fiore», es decir, «el fruto de la primera floración», los limones más jugosos; en marzo, maduran los amarillos bianchetti, seguidos en junio por los verdes «verdelli». En cada estación podréis verme sentado en mi banco, contemplando cómo caen. Sólo uno o dos limones por hora se desprenden de las ramas, pero llevo tanto tiempo aquí sentado que su caída parece continua, tan seguida como la de las gotas de lluvia. Mi mujer no tiene paciencia para esta clase de meditaciones. «Por el amor de Dios, Clyde», me dice, «búscate un hobby».

La gente, por lo general, me toma por un amable ancianito italiano, un «nonno». Tengo la tez de un viejo «nonno», el tinte nogalino propio de los italianos del sur, un bronceado que no se me aclarará hasta que muera (y no voy a morir). Llevo una pulcra camisa violeta, una gorra de lona y unos tirantes negros que me quedan sueltos a la altura del pecho. Mis mocasines están ya muy estropeados pero siempre lustrosos. Los pocos visitantes del limonar que se fijan en mí sonríen con semblante inexpresivo al ver mi rostro de uva pasa e intuyen una tragedia de algún tipo; entre susurros se preguntan si seré viudo o un viejo que ha sobrevivido a sus hijos. Nunca se les ocurre pensar que soy un vampiro.

Extracto de Vampiros y limones, de Karen Russell.

Vampiros y limones portada

Vampiros y limones, de Karen Russell, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Tusquets.

Psicoanalisis de los cuentos de hadas

Bruno Bettelheim unos de los más importantes psicólogos y psiquiatras infantiles nos lleva a conocer  los cuentos de hadas y su influencia sobre la educación de los niños. El autor examina los cuentos más conocidos de la historia occidental, muchos de ellos tan cercanos a nuestra infancia que será fácil sentir una conexión y al mismo tiempo distancia, por las capas de significado que Bettelheim nos ayuda a observar.

9788408007050Blancanieves, Hansel y Gretel, Caperucita Roja entre muchos otros relatos son los que «Psicoanalisis de los cuentos de hadas» nos permite revisitar para reconocer la función liberadora y formativa que tienen para la mentalidad de un niño. Según el autor, todo cuento de hadas es un espéjo mágico que refleja algunos aspectos de nuestro mundo interno y de las etapas necesarias para pasar de la inmadurez a la madurez.  Detrás de un cuento de hadas podemos descubrir las tensiones internas del espíritu. Sus aspectos más ocultos y el modo en que logramos la paz.

Así queda abierta la invitación del Dr.  Bettelheim a mirar de nuevo esas historia clásicas, que son también placer estético y apoyo moral en la niñez.