“En la final entre el local y su clásico rival rioplatense, como los capitanes no se pusieron de acuerdo, el arbito belga Jan Langenus determinó que se usaran dos pelotas: el visitante en el primer tiempo y el oriental en el segundo. No son pocos los que atribuyeron a esta peculiaridad la victoria uruguaya por cuatro a dos: el primer tiempo había culminado 2 a 1 a favor de los argentinos.”
Luciano Wernicke
En el primer mundial FIFA de la historia, existió una polémica entorno a los balones. Uruguay, el país anfitrión, disputó la fabricación del balón oficial con sus vecinos (una cosa más por la que competirían) los argentinos.
Al no ponerse de acuerdo, la FIFA decidió que los capitanes de cada encuentro definieran con que esférico se jugaría. La diferencia entre los balones era esencialmente sus tamaño, siendo el uruguayo ligeramente más grande. Todos los partidos, excepto los disputados por Uruguay, fueron jugados con balón argentino. La final es algo que se queda para la historia.
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