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En este lago ocurre ‘Los que habitan el abismo’, la novela de Diego Petersen basada en hechos reales

Los que habitan el abismo es una novela de Diego Petersen Farah basada en hechos reales. Cuenta la historia de una investigación por fraude que comienza cuando el ataúd de una conocida viuda es exhumado y se descubre que su cadáver no está allí.

La foto que vemos abajo es de Chapala, uno de los lugares reales que aparecen en la novela, la cual se encuentra actualmente en las listas de los libros más vendidos del momento.

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Desde que comenzó a bajar la cuesta del cerro del Travesaño para llegar a Chapala, Beto Zaragoza ya estaba de buen humor. El lago de Chapala era uno de sus lugares favoritos y que mejores recuerdos le traían; era el paseo preferido de su papá para un domingo, y el suyo también. Después de subir trabajosamente la cuesta de Ixtlahuacán en el viejo Ford que amenazaba con detenerse en cada curva, don Eulalio Zaragoza gritaba: “¡Un peso al primero que vea la laguna!”, y él y sus hermanas gritaban al unísono “¡Yo, yo, yo!”; total, que siempre había un peso para cada quien.Esta vez Beto iba solo, pero en cuanto el lago se apareció frente a él, en su mente comenzó a gritar: “¡Yo, yo, yo!”. Aquella Chapala de los años setenta era para Beto lo mejor que podía existir. Llegaban alrededor de las doce de la mañana, rentaban una sombrilla a don Ramiro en la playa y se pasaba el domingo entero entre el lago y la silla alquilada, comiendo a ratitos y decidiendo cómo gastar el peso entre los manjares que ofrecían los vendedores en el malecón: helados en forma de cohete, de vainilla o limón; churros de harina con chile, mangos pelados ensartados en una vara de madera; dulces de leche. Cuando el viento soplaba fuerte, el oleaje de Chapala era cosa seria. Nadie le creía ahora que ese lago caprichoso que iba y venía, producía entonces olas capaces de arrastrar a un niño de diez años, flaco y chaparro, sí, pero de más de treinta kilos.

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Antes de ir a buscar su encargo principal, el doctor Parra, Beto decidió pasar por la Cruz Roja para visitar a Rosendo Juárez, el ministerio público de Chapala, en busca de alguna nota que le pudiera salvar el día. La Cruz Roja de Chapala era un edificio viejo e insalubre que olía a humedad y a falta de higiene. Era una mañana tranquila, no había paciente alguno en ese momento en urgencias y Rosendo, el médico de turno, la enfermera y el chofer de la ambulancia estaban tomando el tercer café de la mañana en una mesa en el minipatio al fondo de la delegación.

-¡Pásale, reporterito de tercera! -se oyó el grito de Rosendo.

-Si se cansan me dice, pa ayudarlos -bromeó Beto.

-Ya sabes que aquí la chamba fuerte es el fin de semana, cuando hay muchos ahogados: algunos se ahogan y luego se meten al agua, otros se ahogan y luego chocan, pero siempre ahogados. ¿Qué haces tú en miércoles en Chapala?

-Vengo a ver un asunto de la Viuda Negra, pero primero quise pasar a saludarte y ver el parte de novedades.

los que habitan el abismo portada

Los que habitan el abismo, de Diego Petersen, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Planeta.

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