Meditación número 1:
El ciclista sano nunca debe tener prisa
Obedecer a la presión del reloj es ceder a la tentación de la muerte. La mejor defensa del ciclista es no querer ganarle a nadie. Que la vida de todos fluya, cada quien en su respectivo carril. Si el tiempo apremia, sal con 15 o 20 minutos de anticipación. Si es demasiado tarde para eso, considera que es mejor llegar tarde que no llegar.