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Adelanto de ‘La fiesta de la insignificancia’, de Milan Kundera

Alain medita sobre el ombligo

Era el mes de junio, el sol asomaba entre las nubes y Alain pasaba lentamente por una calle de París. Observaba a las jovencitas que, todas ellas, enseñaban el ombligo entre el borde del pantalón de cintura baja y la camiseta muy corta. Estaba arrobado; arrobado e incluso trastornado: como si el poder de seducción de las jovencitas ya no se concentrara en sus muslos, ni en sus nalgas, ni en sus pechos, sino en ese hoyito redondo situado en mitad de su cuerpo.

Eso le incitó a reflexionar: si un hombre (o una época) ve el centro de la seducción femenina en los muslos, ¿cómo describir y definir la particularidad de semejante orientación erótica? Improvisó una respuesta: la longitud de los muslos es la imagen metafórica del camino, largo y fascinante (por eso los muslos deben ser largos), que conduce hacia la consumación erótica; en efecto, se dijo Alain, incluso en pleno coito, la longitud de los muslos brinda a la mujer la magia romántica de lo inaccesible.

Si un hombre (o una época) ve el centro de la seducción femenina en las nalgas, ¿cómo describir y definir la particularidad de esa orientación erótica? Improvisó una respuesta: brutalidad; gozo; el camino más corto hacia la meta; meta tanto más excitante por ser doble.

Si un hombre (o una época) ve el centro de la seducción femenina en los pechos, ¿cómo describir y definir la particularidad de esa orientación erótica? Improvisó una respuesta: santificación de la mujer; la Virgen María amamantando a Jesús; el sexo masculino arrodillado ante la noble misión del sexo femenino.

Pero ¿cómo definir el erotismo de un hombre (o de una época) que ve la seducción femenina concentrada en mitad del cuerpo, en el ombligo?

Ramón pasea por el Jardin du Luxembourg

Más o menos mientras Alain reflexionaba acerca de las distintas fuentes de seducción femenina, Ramón se encontraba en las proximidades del museo situado cerca del Jardin du Luxembourg, donde, desde hacía ya un mes, se exponía la obra de Chagall. Él quería ir a verla, pero sabía de antemano que nunca se animaría a convertirse por las buenas en parte de esa interminable cola que se arrastraba lentamente hacia la caja; observó a la gente, sus rostros paralizados por el aburrimiento, imaginó las salas en las que sus cuerpos y su parloteo taparían los cuadros, y no tardó más de un minuto en dar media vuelta y encaminarse parque a través por una alameda.

Allí, la atmósfera era más agradable; el género humano parecía escasear y estar más a sus anchas: algunos corrían, no por ir deprisa, sino por gusto; otros paseaban tomando helados; otros aún, discípulos de una escuela asiática, hacían en el césped lentos y extraños movimientos; más allá, en un inmenso círculo, estaban las dos grandes estatuas blancas de las reinas de Francia y, aún más allá, en el césped entre los árboles, en todas las direcciones, esculturas de poetas, pintores, sabios; se detuvo delante de un adolescente bronceado que, seductor, desnudo debajo de su pantalón corto, le ofreció máscaras que reproducían las caras de Balzac, Berlioz, Hugo o Dumas. Ramón no pudo evitar sonreír y siguió su paseo por ese jardín de los genios, quienes, rodeados por la amable indiferencia de los paseantes, debían de sentirse agradablemente libres; nadie se detenía para observar sus rostros o leer las inscripciones en los pedestales. Ramón inhalaba esa indiferencia como una calma consoladora. Poco a poco, apareció en su cara una larga sonrisa casi feliz.

No habrá cáncer

Aproximadamente en el mismo momento en que Ramón renunciaba a la exposición de Chagall y elegía pasear por el parque, D’Ardelo subía la escalera que lleva a la consulta de su médico. Aquel día, faltaban tres semanas para su cumpleaños. Desde hacía ya muchos años, había empezado a odiar los cumpleaños. Por culpa de las cifras que les encasquetaban. Aun así, no conseguía ignorarlos porque, en él, era más fuerte el placer de ser festejado que la vergüenza de envejecer. Y aún más desde que, esta vez, la visita al médico añadía un nuevo matiz a la fiesta. Era el día en que le comunicarían el resultado de todos los exámenes que le darían a conocer si los sospechosos síntomas descubiertos en su cuerpo se debían, o no, a un cáncer. Entró en la sala de espera y se dijo por lo bajo, con voz temblorosa, que dentro de tres semanas celebraría a la vez su nacimiento tan lejano y su muerte tan cercana; que celebraría una doble fiesta.

Pero, en cuanto vio la cara risueña del médico, comprendió que la muerte se había dado de baja. El médico le apretó fraternalmente la mano. Con lágrimas en los ojos, D’Ardelo no pudo pronunciar palabra.

La consulta del médico estaba en la Avenue de l’Observatoire, a unos doscientos metros del Jardin du Luxembourg. Como D’Ardelo vivía en una callecita al otro lado del parque, decidió volver a atravesarlo. El paseo entre los árboles le devolvió un buen humor casi juguetón, sobre todo cuando rodeó el gran círculo formado por las estatuas de las antiguas reinas de Francia, todas ellas esculpidas en mármol blanco, de pie en poses solemnes que le parecieron divertidas, casi alegres, como si con ello esas damas quisieran saludar la buena nueva que él acababa de recibir. Sin poder dominarse, él las saludó dos o tres veces con la mano y soltó una carcajada.

El secreto encanto

de una grave enfermedad

Fue ahí, cerca de las grandes damas de Francia, donde Ramón se encontró con D’Ardelo, quien, el año anterior, era aún su colega en una institución cuyo nombre a nadie le importa aquí. Se detuvieron uno frente al otro y, tras los saludos habituales, D’Ardelo, en un tono extrañamente exaltado, empezó a contar:

—Amigo, ¿conoces a La Franck? Hace dos días falleció su amado.

Hizo una pausa y en la memoria de Ramón apareció el hermoso rostro de una mujer célebre a la que sólo había visto en fotos.

—Una agonía muy dolorosa —siguió D’Ardelo—. Lo vivió todo con él. ¡Ella ha sufrido muchísimo!

Cautivado, Ramón miraba esa cara alegre que le contaba una historia fúnebre.

—Imagínate, en la noche del mismo día en que ella lo había tenido moribundo entre sus brazos, estaba cenando conmigo y unos amigos y, no te lo vas a creer, ¡estaba casi alegre! ¡Cuánto la admiré entonces! ¡Qué fortaleza! ¡Eso es apego a la vida! ¡Reía con los ojos todavía rojos de llorar! ¡Y eso que todos sabíamos cuánto lo había querido! ¡Debió de sufrir muchísimo! ¡Esta mujer es una fuerza de la naturaleza!

Tal como ocurriera un cuarto de hora antes en el consultorio del médico, unas lágrimas brillaron en los ojos de D’Ardelo. El caso es que, al hablar de la fuerza moral de La Franck, él pensaba en sí mismo. ¿Acaso no había vivido él también todo un mes en presencia de la muerte? ¿No había estado también su fuerza de carácter sometida a una dura prueba? Aunque ya fuera un mero recuerdo, el cáncer permanecía en él alumbrado por una frágil luz que, misteriosamente, le encandilaba. Pero consiguió dominar sus sentimientos y pasó a un tono más prosaico:

—Por cierto, si no me equivoco, tú conocías a alguien que sabe organizar cócteles, que se encarga de la comida y lo demás, ¿no?

—Sí, es verdad —dijo Ramón.

—Es que voy a organizar una pequeña fiesta por mi cumpleaños.

Después de los comentarios exaltados sobre la célebre Franck, el tono ligero de la última frase le permitió a Ramón una leve sonrisa.

—Veo que tu vida es alegre.

Curioso; esa frase no le gustó a D’Ardelo. Como si su tono demasiado ligero anulara la extraña belleza de su buen humor, mágicamente marcado por el pathos de la muerte cuyo recuerdo seguía muy vivo en él:

—Sí, no está mal —dijo, y, tras una pausa, añadió—, aunque…

Hizo otra pausa y añadió:

—Sabes, acabo de ir al médico.

El desconcierto en el rostro de su interlocutor le gustó; prolongó el silencio de tal manera que Ramón ya no pudo sino preguntar:

—Entonces, ¿hay problemas?

—Los hay.

D’Ardelo calló y, de nuevo, Ramón no pudo sino volver a preguntar:

—¿Qué te ha dicho el médico?

En ese mismo instante D’Ardelo vio en los ojos de Ramón su propia cara como en un espejo: la cara de un hombre ya mayor, pero todavía guapo, marcado por una tristeza que lo hacía aún más atractivo; se dijo entonces que ese hombre guapo y triste pronto celebraría su cumpleaños y la idea que había surgido en él antes de su visita al médico volvió a cruzarle por la cabeza, la magnífica idea de una doble fiesta que celebrara a la vez el nacimiento y la muerte. Siguió observándose en los ojos de Ramón y, luego, con voz queda y suave, dijo:

—Cáncer…

Ramón tartamudeó algo y, torpe, fraternalmente, rozó con su mano el brazo de D’Ardelo.

—Pero hoy eso tiene tratamiento…

—Demasiado tarde. Pero olvida lo que acabo de decirte, no lo cuentes a nadie; vale más que pienses en mi cóctel. ¡Hay que seguir adelante!—dijo D’Ardelo y, antes de continuar su camino, alzó la mano a modo de saludo, y ese gesto discreto, casi tímido, tenía tal inesperado encanto que Ramón se emocionó.

Mentira inexplicable, inexplicable risa

El encuentro de los dos antiguos colegas terminó con ese hermoso gesto. Pero no puedo evitar una pregunta: ¿por qué había mentido D’Ardelo?

El propio D’Ardelo se lo preguntó a sí mismo inmediatamente después y tampoco él supo darse una respuesta. No, no se avergonzaba de haber mentido. Le intrigaba más bien ser incapaz de entender el motivo de esa mentira.

Extracto de La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera.

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La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Tusquets.

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Milan Kundera

Una desenfadada visión del mundo que recoge la esencia de toda la narrativa de Kundera.

Reseña de ‘La fiesta de la insignificancia’, de Milan Kundera, publicada en la revista Letras Libres

Por Pablo Sol Mora.

Prácticamente cincuenta años separan a la primera novela de Milan Kundera, La broma (1967), de esta última, La fiesta de la insignificancia. Durante ese lapso, el autor ha construido una de las mayores obras narrativas del siglo XX, heredera directa de una de las grandes tradiciones de la novela moderna, la de Europa central, aquella a la que pertenecen Kafka, Musil, Broch y Gombrowicz, entre otros (la obra de Kundera, de hecho, es depositaria de varias e ilustres tradiciones: la novela cervantina, el espíritu libertino, la ilustración dieciochesca…). Su aparición no ha dejado de sorprender, pues, tras la publicación de La ignorancia en el año 2000, muchos daban –dábamos– por hecho que el escritor checo se había retirado ya de la novela. Pocos autores se dan el lujo de publicar una nueva obra entrados los ochenta años. Frente a un acontecimiento de esta naturaleza, el crítico no puede dejar de reaccionar con cierta suspicacia, casi morbo: ¿se tratará de un libro superfluo, la típica obra extemporánea de quien fue un gran escritor y que habría sido mejor omitir, o, por el contrario, del canto del cisne, una última obra maestra? Conforme pasaba las páginas de La fiesta… y, sobre todo, al final, mis dudas y temores se disiparon: no solo se trata de un pequeño chef-d’œuvre, sino de un verdadero epílogo al conjunto de una obra, su palabra final. Con La fiesta de la insignificancia Kundera cierra un círculo que comenzó con La broma; son muchos los puntos de contacto entre ambas y bien podría establecerse un diálogo entre ellas, pero, como suele ocurrir en la obra de los grandes autores, la visión final del mundo no es una mera confirmación de la inicial, sino, en varios sentidos, su rectificación y hasta su refutación. Basta comparar los dos finales: serio y melancólico el de La broma, ligero y alegre el de La fiesta… El hombre y el novelista de 85 años tiene algunas cosas que enseñarle al de 35.

Por frivolidad, por afectación, por mera fatuidad, tendemos a identificar la profundidad de pensamiento con lagravedad y la tragedia, y a la alegría y la comedia con cierta ingenuidad. Aunque reconozcamos la importancia del humor, en el fondo pensamos que lo auténticamente profundo no puede ser sino serio. En el caso de la novela, poco parece importar que varios de sus mayores ejemplos, las cimas de la novelística, sean obras cómicas: Gargantúa y Pantagruel, el Quijote, el Tristram Shandy, La conciencia de Zeno. Nos seguimos aferrando a la idea de que una obra, para ser verdaderamente grande, debe poseer una visión grave de la vida, cuando no trágica. A deshacer este lamentable malentendido se ha encaminado buena parte de la obra de Kundera, de la cual La fiesta… es el último argumento.

En La broma –devastadora crítica del socialismo real–, Ludvik, el protagonista, ve su vida destruida por un chiste (una postal que envía a la chica que le gusta con tres frases: “¡El optimismo es el opio del pueblo! El espíritu sano hiede a idiotez. ¡Viva Trotski!”). Tragicómicamente, Ludvik descubrirá que los regímenes totalitarios tienen escaso sentido del humor. Al final, el significado de la broma se amplía: ya no es solo el chiste banal que desencadenó su desgracia, sino la totalidad de su vida y, más allá, la Historia entera, una broma fatal, descomunal, estúpida, cuya gracia se nos escapa. En La fiesta…, los cuatro amigos protagonistas –Ramón, Alain, Charles y Calibán– aman los chistes y el sentido del humor, pero viven en una época (la actual) que ya no sabe apreciarlos o en la que incluso resultan peligrosos: “el crepúsculo de las bromas”, explica Ramón, “la era de las posbromas” (en efecto, no son solo los totalitarismos políticos los enemigos del humor: prueben hacer una broma en los ambientes de ultracorrección política que prevalecen en las universidades norteamericanas). Conscientes de que es imposible cambiar el mundo, los héroes kunderianos se refugian en la amistad, el hedonismo y el buen humor, pues “solo desde lo alto del infinito buen humor puedes observar debajo de ti la eterna estupidez de los hombres, y reírte de ella”.

La fiesta de la insignificancia narra –mediante una trama apenas esbozada, pues aquí, como en Sterne o Diderot, maestros de Kundera, la trama es lo de menos y lo que importa son los personajes y sus conversaciones– la conquista de la sabiduría y el humor. Se respira en ella, mutatis mutandis, la atmósfera que se respira en La tempestad, el prólogo al Persiles o los últimos ensayos de Montaigne: una atmósfera alegre, serena, benévola, conciliatoria. Pocos, muy pocos artistas logran al final de sus vidas esa visión olímpica.

A lo largo de toda su obra, Kundera se ha interrogado sobre la historia y el individuo, sobre la posibilidad de justicia en la historia, sobre la memoria y el olvido. En La broma, la conclusión era francamente pesimista: “la mayoría de la gente se engaña mediante una doble creencia errónea: cree en el eterno recuerdo (de la gente, de las cosas, de los actos, de las naciones) y en la posibilidad de reparación (de los actos, de los errores, de los pecados, de las injusticias). Ambas creencias son falsas. La realidad es precisamente lo contrario: todo será olvidado y nada será reparado”; en La fiesta…, la perspectiva ha cambiado radicalmente, no, desde luego, porque ahora crea en la memoria eterna y la posibilidad de justicia, sino porque ha sabido reconocer y abrazar por completo su falta de importancia. Es la conclusión de la novela y, en mi opinión, de toda la obra de Kundera: “La insignificancia, amigo mío, es la esencia de la existencia. Está con nosotros en todas partes y en todo momento. Está presente incluso cuando no se la quiere ver: en el horror, en las luchas sangrientas, en las peores desgracias. Se necesita con frecuencia mucho valor para reconocerla en condiciones tan dramáticas y llamarla por su nombre. Pero no se trata tan solo de reconocerla, hay que amar la insignificancia, hay que aprender a amarla. Aquí en esta parte, ante nosotros, mira, amigo mío, está presente en toda su evidencia, toda su inocencia, toda su belleza. Sí, su belleza (…) Respira, D’Ardelo amigo mío, respira esta insignificancia que nos rodea, es la clave de la sabiduría, es la clave del buen humor.” Rabelais, Cervantes, Montaigne –la familia espiritual de Kundera– habrían asentido. ~

Reseña de La fiesta de la insignificancia,  de Milan Kundera, escrita por Pablo Sol Mora y publicada originalmente en la revista Letras Libres.

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La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Tusquets.

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Milan Kundera

Una desenfadada visión del mundo que recoge la esencia de toda la narrativa de Kundera.

Nuestros libros más vendidos del 2014

Se acabó 2014. Un año más donde miles de lectores nos acompañaron con sus piensos y esfuerzos. Un año en el que descubrimos sus gustos y odios. Un año en el que nos damos cuenta que los mexicanos creemos en los libros.

Con el fin de año, varias librerías publican los libros que más se vendieron durante el año, y nos llena de satisfacción encontrar que hay varios títulos de nuestra editorial que fueron los preferidos de los lectores. Aquí les dejamos los libros más vendidos del 2014 de nuestra editorial en dos de las librerías más grandes de México.

1- Cien años de soledad (Diana)- Gabriel García Márquez

El 2014 fue el año de Gabo. En el primer semestre el mundo de la literatura se vió ensombrecido con la partida del escritor colombiano de nuestro mundo, pero también fue el momento en el que nos dimos cuenta que Gabo nunca dejaría nuestros corazones. Su libro “Cien años de soledad” apareció como uno de los más vendidos en las dos librerías que reportan en la lista, un dato que nos llena de alegría.

cien años de soledad portada nueva

2- La fiesta de la insignificancia (Tusquets)- Milan Kundera

Después de catorce años sin publicar un libro, “La fiesta de la insignificancia” marcó el regreso del escritor Milan Kundera, un libro que condensa buena parte de la filosofía con que el escritor de origen checo ve la vida según la ha plasmado en sus novelas, cuentos y ensayos.

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3- Tokio Blues (Tusquets)- Haruki Murakami

El apasionante escritor japonés Haruki Murakami escribió una historia sobre Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 años que escucha una vieja canción de los Beatles que le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de los años sesenta.Un libro lleno de melancolía y realidades.

tokio blues libro

 

Via Aristegui Noticias 

Ana Clavel habla de ‘La fiesta de la insignificancia’, la nueva novela de Milan Kundera

La fiesta de la insignificancia es el título de la nueva novela de Milan Kundera, publicada por Tusquets Editores tras 14 años de silencio literario por parte del autor checo. Y para celebrar su lanzamiento, la escritora Ana Clavel habló de este libro en Canal 22.

Para los aficionados a las divertidas reflexiones de Kundera, este video es un must see cuya visualización no puede posponerse ni un minuto más.

La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera, ya está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Tusquets.

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14 lanzamientos que debes leer en septiembre

Cada mes, cientos de reediciones y nuevos libros llegan a las librerías de todo el país. Para ayudarte en la difícil labor de seleccionar los títulos que leerás, aquí te dejamos una lista de 15 libros que no puedes perderte en septiembre.

1. Caballo de Fuego: París, de Florencia Bonelli

Caballo de Fuego Paris Portada

SINOPSIS: Eliah Al-Saud es un hombre excéntrico y poderoso, emparentado con la familia reinante de Arabia Saudí. Vive en París y dirige una empresa de seguridad que, en realidad, oculta actividades de defensa y de espionaje ofrecidas al mejor postor. Matilde Martínez es una joven pediatra argentina que sueña con curar a los niños más desfavorecidos y trabajar para una ong en el África. El destino la pondrá en el camino de Eliah, y será en París donde la atracción que se inspiran los unirá. Sin embargo, los secretos que ambos guardan celosamente pondrán en riesgo no sólo su amor, sino sus vidas. En el marco del siempre latente conflicto palestino-israelí y con una amenaza atómica como telón de fondo, Matilde y Eliah vivirán una aventura que los llevará a recorrer el mundo y los enfrentará a los peligros que acechan a quienes se atreven a desafiar a los imperios dominantes.

2. La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera

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SINOPSIS: Proyectar una luz sobre los problemas más serios y a la vez no pronunciar una sola frase seria, estar fascinado por la realidad del mundo contemporáneo y a la vez evitar todo realismo, así es La fiesta de la insignificancia. Quien conozca los libros anteriores de Kundera sabe que no son en absoluto inesperadas en él las ganas de incorporar en una novela algo «no serio». En La inmortalidad, Goethe y Hemingway pasean juntos durante muchos capítulos, charlan y se lo pasan bien. Y en La lentitud, Vera, la esposa del autor, dice a su marido: «Tú me has dicho muchas veces que un día escribirías una novela en la que no habría ninguna palabra seria… Te lo advierto: ve con cuidado: tus enemigos acechan». Pero, en lugar de ir con cuidado, Kundera realiza por fin plenamente en esta novela su viejo sueño estético, que así puede verse como un sorprendente resumen de toda su obra. Menudo resumen. Menudo epílogo. Menuda risa inspirada en nuestra época, que es cómica porque ha perdido todo su sentido del humor. ¿Qué puede aún decirse? Nada. ¡Lean!

3. Cazadores de sombras: Ciudad del Fuego Celestial, de Casandra Clare

ciudad del fuego celestial

SINOPSIS: La oscuridad vuelve al mundo de los Cazadores de Sombras. Mientras su sociedad se está derrumbando a su alrededor, Clary, Jace, Simon y sus amigos deben unirse para luchar contra el mayor mal que los Nefilim han enfrentado: el propio hermano de Clary. Nada en el mundo puede derrotarlo—¿deberán viajar a otro mundo para encontrar una oportunidad? Vidas van a perderse, sacrificios de amor, y el mundo entero cambiará en el sexto y último libro de la saga Cazadores de Sombras.

4. Caballo de Fuego: Congo, de Florencia Bonelli

Caballo de Fuego Congo baja

SINOPSIS: La cirujana pediátrica Matilde Martínez viaja desde París con destino al Congo guiada por una ilusión: aliviar el sufrimiento de los niños castigados por la violencia y el hambre que imperan en ese país africano. Ha dejado atrás una historia de amor difícil, que no consigue olvidar. Por su parte, el soldado profesional Eliah Al-Saud llega al Congo movido por una ambición: hacerse de una mina de coltán, el mineral más codiciado por los fabricantes de teléfonos móviles, que le redituará grandes beneficios económicos. Pero sobre todo llega al Congo para recuperar a Matilde, a quien considera la razón de su vida. Los traumas y secretos que los distanciaron en París siguen latentes y, rodeados por un contexto cruel e injusto, la reconciliación parece imposible. En el marco de la Segunda Guerra del Congo, más conocida como Guerra del Coltán, y amenazados por grupos guerrilleros de mucho poder, Matilde y Eliah intentarán por todos los medios que triunfe el amor sobre la guerra.

5. La venganza viste de Prada, de Lauren Weisberger

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SINOPSIS: Andy sigue siendo la misma chica sencilla de siempre. Gracias a su capacidad de trabajo y su inteligencia ha logrado crear una nueva revista sobre novias y bodas que se ha convertido en la publicación de referencia. Su vida personal también es feliz, si no fuera por su suegra clasista y snob. Parece que el lado profundo, oscuro y diabólico de la vida ha quedado lejos. Entonces, ¿por qué en vísperas de su boda la  voz de Miranda Priestly, su antigua jefa, aún la persigue en sueños? Cuando la socia de Andrea le pida que considere seriamente la oferta de un grupo inversor para comprar su revista, Andy se dará cuenta de que Miranda, la legendaria editora de la revista femenina más glamurosa de Nueva York, volverá a aparecer en su vida. Una secuela divertida, trepidante y adictiva de la novela que encandiló a miles de lectoras tanto en nuestro país como en todo el mundo, y que arrasó en las taquillas con su adaptación cinematográfica.

6. El dador de recuerdos, de Lois Lowry

el dador de recuerdos portada

SINOPSIS: El dador de recuerdos es un libro publicado originalmente en 1993 por Lois Lowry, que cuenta la historia de Jonas, un chico que vive en un futuro distópico en el que, gracias a diferentes sustancias químicas, se han eliminado los sentimientos y las emociones de la sociedad. De hecho, en ese futuro hipotético la gente no tiene permitido, siquiera, elegir su profesión. Así que a Jonas le ha tocado, por designios superiores, convertirse en el próximo Receptor de la memoria, es decir, en la persona encargada de almacenar los recuerdos de la sociedad para que estos puedan ser utilizados en el futuro, en caso de ser necesario. Para ello Jonas deberá relevar al Dador de recuerdos (es decir, el anterior Receptor de la memoria), quien le legará todos los recuerdos antiguos y provocará en el joven un tremendo shock al revelarle la forma en que la sociedad alcanzó su estado actual.

7. Lobos, de Donato Carrisi

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SINOPSIS: El criminólogo Goran Gavila y el equipo de homicidios se enfrentan a un caso perturbador: se han hallado enterrados los brazos derechos de niñas desaparecidas. Sin embargo, las desaparecidas eran cinco y se han encontrado seis brazos. El equipo no tarda en descubrir los cadáveres de las cinco niñas identificadas, pero cree que la sexta sigue con vida. Mila Vasquez, investigadora especializada en personas desaparecidas, entra en escena y junto con Goran, van a la caza del culpable. Sin embargo, el asesino al que se enfrentan no se parece a nada de lo que han visto antes y, cada vez que creen estar acercándose al culpable, en realidad no hacen sino seguir con el plan concebido por una mente despiadada y brillante.

8. El Patrón del opio, de Nancy Farmer

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SINOPSIS: Matt había sido un insignificante clon de El Patrón. Pero ahora, a sus catorce años, se encuentra repentinamente gobernando su propio país. La Tierra del Opio es el territorio más grande de la Confederación de la Droga, la cual se extiende en los mapas como un intestino que va desde las ruinas de San Diego hasta las de Matamoros. Pero mientras Opio prospera, el resto del mundo ha sido devastado por un desastre ecológico. Y escondida en Opio se encuentra la cura.

9. The Walking Dead: La caída del gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga

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SINOPSIS: La caída del Gobernador es la tercera novela de la serie ambientada en el icónico universo de The Walking Dead escrita por Robert Kirkman, creador del cómic y productor ejecutivo de su adaptación televisiva, y Jay Bonansinga, autor de reconocido prestigio. En esta nueva novela, conocemos los humildes orígenes del autoproclamado líder de Woodbury y su viaje al oscuro corazón del apocalipsis zombi. En Woodbury, la inocente Lilly se ve atrapada por la violenta dictadura que reina tras las barricadas de la ciudad aparentemente segura. Con La caída del Gobernador continúa la compleja historia de Philip Blake en un tour de force de acción y horror. Los personajes más conocidos de la serie, como Rick, Michonne y Glenn, hacen al fin su entrada en este escenario de pesadilla, y los seguidores de The Walking Dead podrán verlos bajo una nueva luz.

10. Tú, simplemente tú, de Federico Moccia

Tu simplemente tu portada

SINOPSIS: Ese instante de felicidad continúa… ¿Encontrará Nicco a María? ¡Por fin, una novela de Moccia ambientada en España! María desaparece al final de Ese instante de felicidad, dejando a Nicco con el corazón roto. Se ha dejado la piedra en forma de corazón que él le regaló… Triste, solo y abatido, Nicco decide que no es momento de perder la esperanza y que tiene que ir en busca de sus sueños, así que convence a Gio para que le acompañe a España, en busca de María. Juntos, recorrerán el país en busca de aquella que le ha cambiado para siempre. ¿Podrá Nicco encontrar a la chica de sus sueños? ¿En qué ciudad estará? No te pierdas el desenlace de la historia de Nicco y María y descubre qué ciudad española sellará el amor de nuestros protagonistas.

11. Melocotón Loco, de Megan Maxwell

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SINOPSIS: Ana y Nekane regentan un estudio de fotografía en el casco antiguo de Madrid. Un día se declara un incendio en su edificio y, aunque están acostumbradas a trabajar con modelos de lo más glamurosos, no pueden dejar de sorprenderse ante aquellos valerosos «machomanes» vestidos de azul que no se preocupan porque su pelo se encrespe ni sus manos se ensucien. Cuando el objetivo de la cámara de Ana se centra en Rodrigo, su corazón le indica que ya nada volverá a ser igual. Él se da cuenta de la forma embobada en que lo está mirando y, a pesar de que no le gusta, inician una extraña amistad. Todo se complica cuando Ana descubre que está embarazada y Nekane la anima a que cumpla su fantasía sexual con el bombero antes de que la barriga, las estrías y los vómitos matinales se manifiesten y lo espanten. Pero una mentira de Ana a sus padres ocasionará un sinfín de enredos y situaciones alucinantes que a Rodrigo lo dejarán sin habla.

12. Rojo Carmesí, de Carla Baseti

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SINOPSIS: Santiago dirige un taller de creación literaria. Es poderosamente atractivo y seductor. Ejerce una misteriosa fascinación entre el grupo de mujeres que acuden a sus clases y que lo consideran el amante ideal. Sería el hombre perfecto pero tiene un lado oscuro… una adictiva perversión que lo hace perder el control. Gladys no se detiene ante nada con tal de lograr sus objetivos. Es ambiciosa y está libre de cualquier prejuicio. Siente un inusual encanto por el poder y la dominación. Está lejos de imaginar que enamorarse sería su peor error. Santiago y Gladys no se conocen pero sus destinos están a punto de cruzarse. Cada uno tendrá que afrontar las consecuencias de sus gustos excéntricos. Ambos aprenderán una lección que jamás olvidarán: hay ciertas reglas que nunca deben romperse.

13. El libro troll, de El Rubius

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SINOPSIS: Tu vida es un libro a medio construir, una aventura espontánea, un juego a veces provocador, pero siempre extraordinario. El Rubius, un auténtico fenómeno de YouTube, está dispuesto a acompañarte en una experiencia que recoge tus momentos más gloriosos. Se llama El Libro Troll y es su última locura: un cuaderno de actividades, un libro interactivo y un album de recuerdos.

14. La sangre al río, de Raúl Herrera Márquez

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SINOPSIS: Mucho se ha escrito sobre Francisco Villa y la Revolución mexicana, pero poca justicia se ha hecho a las familias que vivieron en carne propia las secuelas de esta época. La sangre al río rescata la memoria de la familia Herrera, mediante un enfoque que fusiona la microhistoria y una suerte de ficción real, en lo que el propio autor ha denominado novela verdadera. En esta obra se entremezclan ficción, entrevistas con los sobrevivientes, testimonios, descripción de fotografías, fragmentos en los que el autor nos relata su relación personal con estos hechos, ensayo histórico y documentos extraviados de diversos archivos. De esta manera, el lector sigue las pequeñas y grandes historias de unos personajes, antepasados del autor, que nos revelan sucesos inéditos de la Revolución: la confrontación entre Maclovio Herrera y Villa, y lo que esta pugna costó a una familia que terminó compuesta por viudas y huérfanos.

La individualidad es una ilusión: Milan Kundera vuelve

El escritor Milan Kundera regresa, después de 14 años de no publicar,  con su décima novela La fiesta de la insignificancia, editada por Tusquets.

Te presentamos un fragmento de un artículo publicado el día de hoy en el periódico El País, titulado Milan Kundera en la época del ombligo.  Para leerlo completo, da click aquí.

“¡La individualidad es una ilusión!”. Eso exclama uno de los personajes de la esperada novela de Milan Kundera, La fiesta de la insignificancia (Tusquets), cuya idea condensa buena parte de la filosofía con que el escritor de origen checo ve la vida según la ha plasmado en sus novelas, cuentos y ensayos.

Milan Kundera regresa después de 14 años. Empezó en la primavera italiana y francesa, y ahora, a partir del martes, en España. Vuelve como si nada, como si la conversación dejada con los lectores en La ignorancia, con la cual recibió el siglo en 2000, hubiera sido ayer. Los temas de sus libros son los mismos pero revestidos por el paso del tiempo, aunque sin perder la esencia de lo que son y significan para él aspectos como la sexualidad, el erotismo, la maternidad, el deseo, la cultura, las ideas sobre el existir que rondan al ser humano, ideas sobre ser y estar, la convivencia, el tejido fino de las relaciones y las conexiones con los demás, en especial los laberintos concernientes a los sentimientos y emociones. Y aquí esparcido de más humor.

Es su novela número diez. Donde tres hombres ya maduros hablan sobre las fuentes de seducción femenina, y se preguntan qué puede significar que un hombre o una época privilegie una u otra parte del cuerpo. Fantasías que son realidades, realidades que son sueños, sueños que son el espejo real del interior del ser humano.

“Ya sé que la uniformidad está en todas partes. Pero en este parque dispone al menos de una gran variedad de uniformes. Así puedes conservar aún la ilusión de tu individualidad”, insiste, Alain, una nueva criatura kunderiana. Una ilusión que incluye al ombligo. Pese a que su exhibicionismo ha aumentado en los últimos años como un reclamo de diferencia y de intención de despertar deseos en el otro con el ánimo de formar parte de los “lugares excelsos” eróticos de la mujer, asegura Kundera. Alrededor de él, del ombligo, se desarrolla el pasaje de la novela seleccionado por el propio escritor para los lectores de EL PAÍS y publicado íntegro en el blog Papeles perdidos de este diario.

Pero el ombligo no es para tanto: “Antaño, el amor era la celebración de lo individual, de lo inimitable, la gloria de lo único, de lo que no admite repetición. Pero el ombligo no solo no se rebela contra la repetición, ¡es una llamada a las repeticiones! De modo que en nuestro milenio viviremos bajo el signo del ombligo. Bajo ese signo seremos todos soldados del sexo…”.

También les dejamos el booktrailer del libro:

 

El regreso de un gran escritor, después de 14 años: Milan Kundera

Hay fechas importantes y fechas inolvidables.

Septiembre será una fecha inolvidable para los miles de lectores que están esperando el regreso de Milan Kundera, un escritor que, después de 14 años de silencio literario, vuelve a publicar un libro bajo el sello Tusquets.

Te invitamos a que veas este booktrailer y recuerdes las enseñanzas que a todos nos dejó este popular autor.

5 cosas que quizá no sabías de Milan Kundera

Ya hemos dicho que Milan Kundera es uno de esos autores que, a través de sus libros, ha ejercido una gran influencia en toda una generación, a la que enseñó su particular manera de entender el mundo.

Para todos ellos Kundera es una figura mítica, cargada de sabiduría y, al mismo tiempo, poseedor de una voz narrativa amena e incluso divertida.

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Cualquiera imaginaría que, por ser tan conocido, Milan Kundera es un autor del que todo se sabe. Sin embargo, para este checo la privacidad es sumamente importante y no es aficionado a ventilar su vida privada.

Por eso, aquí te compartimos 5 cosas sobre Milan Kundera que quizá no sabías y que nos pareció interesante compartirte.

1. Milan Kundera fue pianista de jazz durante su juventud. También enseñó Historia del Cine en Praga y Literatura en la Universidad de Rennes y en París.

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2. En el año 2010 fue nombrado Duque de Amarcord por el Rey Xavier (es decir, Javier Marías) convirtiéndose en el primer escritor checo en obtener este título nobiliario en el ficticio Reino de Redonda. Este galardón lo han recibido también Sir John Elliot, George Steiner y Umberto Eco.

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3. En 2009, salieron a la luz archivos clasificados que supuestamente demostraban que Milan Kundera fue un informante secreto del gobierno checo durante su juventud, y que denunció el paradero de un espía norteamericano en ese país. Estos documentos fueron una sorpresa porque Kundera siempre ha sido un feroz detractor del comunismo. Por supuesto, él negó que estas acusaciones fueran ciertas.

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4. Nació el 1 de abril de 1929, y su signo del zodiaco es Aries.

5. En 1968, a consecuencia de la invasión soviética a su país, sus obras se prohibieron y quedó desempleado. No fue hasta 1975 que logró emigrar a Francia y seguir escribiendo.

Si sabes más datos curiosos sobre Milan Kundera, compártelos con la comunidad.

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14 frases de Milan Kundera que nunca debes olvidar

Milan Kundera es uno de esos escritores que, cuando uno comienza a leerlos, no puede parar. Y es que sus libros, considerados por algunos ensayos novelados, establecen un continuo y animado diálogo con el lector que no termina cuando se han leído todas las páginas, ni cuando se ha cerrado el libro, ni nunca.

Las historias de Kundera han marcado a toda una generación y han moldeado la forma en que ésta percibe el mundo. Desde La broma (1967) hasta La ignorancia (2000), pasando por La insoportable levedad del ser (1984) y La inmortalidad (1988), este checo, crítico del comunismo, ha sido un guía invaluable para nuestro paso por el mundo.

Por eso, aquí te compartimos 10 frases de Milan Kundera que nunca debes olvidar.

1. «Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también.»

la insoportable levedad del ser

2. «Las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede nacer de una metáfora.»

3. «El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados, sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo; y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido.»

la insoportable levead

4. «La juventud es terrible: es un escenario por el cual, calzados con altos coturnos y vistiendo los más diversos disfraces, los niños andan y pronuncian palabras aprendidas, que comprenden sólo a medias, pero a las que se entregan con fanatismo. Y la historia es terrible porque con frecuencia se convierte en un escenario para el jovencito Napoleón, un escenario para masas fantizadas de niños, cuyas pasiones copiadas y cuyos papeles primitivos se convierten de repente en una realidad catastrófica real.» (La broma).

5. «La belleza es más que la justicia, la belleza es más que la verdad, es más real, más indudable y hasta más alcanzable, la belleza está por encima de todo, y en este momento ya está definitivamente perdida para él. Sólo había venido para mostrársele en el último momento, para que no pensase que lo había conocido todo y que había vivido su vida hasta el fondo de todas sus posibilidades…» (La despedida).

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6. «El ansia de orden pretende convertir el mundo de los hombres en el reino de lo inorgánico, en el que todo marcha, funciona, sometido a un orden suprapersonal. El ansia de orden es al mismo tiempo ansia de muerte, porque la vida es una permanente alteración del orden.» (La despedida).

7. «Las mujeres no buscan hombres hermosos. Las mujeres buscan hombres que han tenido mujeres hermosas. Por eso, tener una amante fea, es un error fatal.» (El libro de la risa y el olvido).

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8. «La verdadera bondad humana, con toda su pureza y libertad, puede ponerse en primer plano sólo cuando su recipiente no tiene poder. El verdadero examen moral de la humanidad, su examen fundamental (que yace enterrado profundamente lejos de la vista) consiste en su actitud ante esos que están a su merced: los animales. Y en este sentido la humanidad ha sufrido una derrota. Una derrota tan fundamental que todas las demás provienen de ahí.» (La insoportable levedad del ser).

la insoportable levedad

9. «La cultura sucumbe bajo el volumen de la producción, la avalancha de letras, la locura de la cantidad. Por ese motivo te digo que un libro prohibido en tu país significa infinitamente más que los millones de palabras que vomitan nuestras universidades».

10. «Nunca sabremos por qué irritamos a la gente, que es lo que nos hace simpáticos, qué es lo que nos hace ridículos; nuestra propio imagen es nuestro mayor misterio» (La inmortalidad)

11. «Lo que habia entre ellos no era amor, era inmortalidad.» (La inmortalidad).

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12. «La fuente del miedo está en el porvenir, y el que se libera del porvenir no tiene nada que temer» (La lentitud)

13. «Los recuerdos se van si dejan de evocarse una y otra vez en las conversaciones entre amigos.» (La ignorancia)

14. «Pienso luego existo, lo dijo un intelectual que subestimaba el dolor de muelas.»

¿Te gustaron las frases?

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La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Tusquets.