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Complot Lector en el centro histórico

Grupo Planeta invita a los lectores a recorrer los escenarios de la novela El complot mongol de Rafael Bernal, en su centenario.

Para conmemorar el centenario del nacimiento de Rafael Bernal (28 de junio de 1915) Grupo Planeta en colaboración con la Universidad del Claustro de Sor Juana y el Fideicomiso del Centro Histórico realizará una serie de visitas guiadas en el Centro Histórico, que permitirán recrear algunos de los escenarios que aparecen en su novela El complot mongol.

La obra, considerada una de las piezas clave de la novela negra mexicana, editada por el sello Joaquín Mortiz, se desarrolla en las calles del centro histórico, donde se localiza el barrio chino de la capital mexicana, en esta zona se realizarán los recorridos el 27 y 28 de junio, y todos los fines de semana de julio, a las 10:00, 10:30 y 11:00 horas.

Ivonne Reyes Chiquete, ganadora del IV Premio Nacional de Novela Negra Una Vuelta de Tuerca 2009, coordinó el proyecto de recorridos, que contemplan la visita a las siguientes zonas: Departamento de Filiberto García. Luis Moya e Independencia; Barrio chino/Dolores; La Alameda/ Av. Juárez; Café la Pagoda (antes Café París)/5 de Mayo y Filomeno Mata; Bar la Ópera/ 5 de Mayo y Filomeno Mata, y Callejón de la Condesa/entre 5 de Mayo y Tacuba.

En cada recorrido podrá participar un máximo de 16 personas, que deberán inscribirse por internet, dando click aquí.

Además, como parte del homenaje a Bernal, se intervendrán tres muros del Centro Histórico ubicados en las calles de Regina, Pino Suárez y San Jerónimo; y se contará con la participación de nueve artistas urbanos.

Rafael Bernal (México 1915 – Berna 1972) Poeta, maestro, diplomático, dramaturgo, novelista, historiador y guionista, entre otras actividades que desempeñó. Su obra La carta fue la primera que se transmitió en la televisión mexicana., en 1950. Fue corresponsal de los periódicos Excélsior y Novedades durante la Segunda Guerra Mundial. Otros libros publicados Caribal, El infierno verde, novela por entregas publicada en La Prensa entre 1954 y 1955; Trópico, Gente de mar, Tierra de gracia, En diferentes mundos y El complot mongol (1969).

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Bernardo Esquinca hace homenaje a ‘El complot mongol’ con este increíble texto

Narrada con un estilo agilísimo, lleno de humor negro y de la violencia sórdida que se escondía tras la moderna fachada del México de los años sesenta, El complot mongol es considerada una de las piezas clave en la narrativa latinoamericana. En junio de 2015 se celebra el primer centenario del nacimiento de su autor, Rafael Bernal, considerado el precursor de la novela negra mexicana.

Por ello, y en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014, el escritor mexicano Bernardo Esquinca preparó el siguiente texto, mismo que leyó al lado de Paco Ignacio Taibo II y Rogelio Guedea en una retrospectiva realizada con el objetivo de inaugurar el homenaje que, durante 2015, recibirán Bernal y su gran obra.

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ENCUENTRO EN LA ÓPERA

Por Bernardo Esquinca

Bienvenido, patrón. Esta es la cantina la Ópera. Pásele. ¿Gusta sentarse en este reservado? Desde aquí puede ver el balazo que echó Pancho Villa en el techo. El mismísimo Pancho Villa. Aunque, si le digo la verdad, se me hace que eso es puro cuento. Un cuento para turistas. ¡Pinches turistas! Vienen a esta cantina como si acudieran a un museo. Toman fotos y no dejan propina. Todos conocen a este lugar como la cantina en la que echó tiros el Centauro del Norte, pero pocos saben que se llama así porque después de las funciones en Bellas Artes, los músicos y cantantes se veían a echar trago acá…

¿Quién dice? ¿Filiberto García? ¡Claro que lo conocí! Aquí siempre estaba junto con el Licenciado, un abogado borrachín defensor de la gente chueca. Le invitaba sus tequilas. Filiberto, además de generoso, era cervecero, y le gustaban los tacos de sesos. ¿Qué le puedo decir, patrón? Ya no hay hombres como él. Un pistolero de los de antes. Hace cuarenta años, yo era un jovenzuelo, como usted. Me apantalló, con su sombrero tejano y su gabardina. Entonces no lo sabía, pero ahora lo comprendo: Filiberto era un hombre atrapado entre dos épocas. El rescoldo de un mundo desaparecido: el México de la Revolución, el México rural, gobernado por caciques y caudillos. Filiberto no encajaba en el México moderno, dirigido por burócratas, gente educada en el extranjero, que no quería mancharse las manos. Por eso, aunque Filiberto ya no encajaba, seguía siendo necesario. Un mal necesario, diría yo. Él les fabricaba los muertos. No le temblaba la mano. En Tampico, en Parral, en la Huasteca, en Mazatlán, en San Andrés Tuxtla. Donde se le requiriera. Y era un cabrón; después de matar, acostumbraba violar a la mujer del muerto.

Pero eso fue antes de que yo lo conociera. Cuando entré a trabajar aquí, a finales de los sesenta, él ya estaba muy blandito. Él mismo decía que se había vuelto maricón, porque se enamoró de una mujer. Una chinita que conoció en una tienda de la calle de Dolores. Creo que se llamaba Marta. Sí: ella se llamaba Marta. Carajo, sonó a canción de Napoleón. ¿Qué va a saber usted de esos cantantes viejos, patrón? Ustedes los chavos ahora sólo escuchan a adolescentes que parecen mujercitas. Cuando veo a mi nieta pegada al internet, le pregunto: ¿ese es el tal Bieber o la fulana Spears? Son igualitos…

Pero ya me estoy desviando. Le decía que Filiberto García creía que se había vuelto maricón porque se enamoro de Martita. Un cromo de mujer. Y estaba obsesionado con ella, porque además, nunca se le había hecho con una china. Eso decía. ¿Usted cree? Tuvo decenas de mujeres, voluntarias e involuntarias, pero jamás una chinita. Fue justo cuando Filiberto le andaba haciendo a la intriga internacional. Él solito deshizo un complot que provenía de la Mongolia Exterior. No me vea con esa cara, patrón. Alguna vez existió un sitio llamado así. ¿Parece de película, no? Ahora las intrigas internacionales en las que se involucra nuestro país tienen que ver con China y maquillistas que viajan de colados. ¡Pinches colados!

El caso es que el plan era asesinar al presidente de los Estados Unidos durante una visita a México. Todo se estaba gestando en el Barrio Chino, en los fumaderos de opio de la calle de Dolores. ¡Piches chinos abusones! Nomás sonríen y se hacen los mustios, como que no entienden nada, pero le dan a uno gato por liebre. El caso es que Filiberto García salvó la paz mundial, pero andaba tan ocupado que descuidó a Martita, y se quedó sin torta. Ese es el destino de los héroes: no lo pueden tener todo. Los héroes de verdad, digo. Porque James Bond es el único que desactiva bombas nucleares con una mano, mientras con la otra desabrocha sostenes. ¡Pinche Hollywood! Aquí justo vino a tristear Filiberto cuando todo terminó. Estaba sentado en esta misma mesa, con la misma cara de pendejo que usted, meditabundo, como si hubiera perdido al amor de su vida…

Y a todo esto, ¿por qué me hace tantas preguntas? ¡Pinche patrón preguntón!

¿Dice que usted es escritor? Ya veo… Mmmta, ya me la pelé con la propina. Yo he leído mis libritos, no crea que soy un ignorante. Leí la Ley de Tránsito, para aprobar el examen de manejo; la Sección Amarilla, el Manual del Buen Mesero, y un libro de Yordi Rosado. ¿Ya ve, patrón? ¡He leído más libros que el presidente y su mujer juntos! Bueno, la verdad es que el de Yordi Rosado no lo leí yo, se lo di a mi nieta, pero lo tiró a la basura, la muy canija. Me dijo que prefiere los libros de un tal Taibo, y un tal Elmer…

Pues ya le digo, patrón, por andar haciéndole al salvador de la patria, Filiberto García se quedó solo. Nunca le volví a conocer otra mujer. Yo creo que sí se enamoró en verdad de Martita, y como sabemos, esa es la perdición de los hombres. Enamorarse. Pero no puedo culparlo. Yo también me hubiera obsesionado, arriesgándolo todo. Martita era un cromazo. Y, a fin de cuentas, a mí tampoco se me ha hecho nunca con una china.

Aquí le dejo su serpiente bien elástica, patrón. Ya me voy a trabajar, que el jefe me está viendo con cara de chino. Ahí le encargo la propina, no sea codo. ¡Pinches escritores metiches!

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El complot mongol, de Rafael Bernal, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Joaquín Mortiz.

Planeta reeditará la obra de Vicente Leñero en el sello Seix Barral

Como parte del homenaje que Grupo Planeta le rendirá al recién fallecido periodista y escritor mexicano Vicente Leñero, en 2015 se reeditará la mayor parte de su obra bajo el sello Seix Barral, como parte de la Biblioteca Vicente Leñero.

Vicente Leñero

Así, Leñero pasará del sello Joaquín Mortiz al de Bibliotecas Seix Barral, al lado de autores como Octavio Paz y Ernesto Sabato.

Estas reediciones saldrán a la venta en los meses de febrero y marzo, respectivamente, en el siguiente orden:

FEBRERO

Los albañiles

El garabato

Estudio Q

Redil de Ovejas

MARZO

Los periodistas

El Evangelio de Lucas Gavilán

Los pasos de Jorge Ibargüengoitia

Parábolas: el arte narrativo

Súmate al mejor homenaje que puede hacerse a cualquier escritor que haya compartido su obra con el mundo: leerlo.

Leñero y Otero, callado e introvertido como se describía, incursionó notablemente en el camino del periodismo para después aventurarse con gran éxito en otros géneros literarios que le valieron diversas distinciones como el Premio Seix Barral por Los albañiles en 1963; el Premio Manuel Buendía a la Trayectoria Periodística en 1994, el Fernando Benítez al Periodismo Cultural en 1997 y el Xavier Villaurrutia 2000 por mencionar algunos. Sus guiones cinematográficos le dieron la satisfacción de obtener el codiciado Ariel en varias ocasiones, por El callejón de los milagros y La ley de Herodes, entre otras. Por su notable labor en el séptimo arte obtuvo la Medalla Salvador Toscano al mérito cinematográfico 2007.

‘Fierros bajo el agua’, una novela de Guillermo Arreola sobre el México que hemos olvidado

Regresé a Tijuana veinte años después de haber abandonando la ciudad, porque allí había vivido una pintora francesa cuya obra me había provocado una forma de asedio memorioso que atravesó mis años lejos. Pero regresé porque la persistencia de otros recuerdos me obsedía: los de la época compartida con un amigo veintitrés años atrás; pero en particular, los recuerdos sobre el suceso que puso fin a su vida. Cas Medina se llamaba.

Una mañana de aquellos años, en Tijuana, casi por azar, casi por ocioso accidente, había abierto yo un periódico, y en la nota policíaca encontré la noticia de la agresión y muerte posterior de mi amigo. La descripción de los hechos era, lo menos, indecible. Habían tirado su cuerpo en un barranco de nombre Cuesta Blanca, un tramo carreteril de Tijuana a Rosarito. Mi conocimiento del suceso se introdujo en alguna parte de mi memoria, y poco a poco los años lo fueron ubicando en una celda mental. Puerta cerrada: no quise saber los pormenores de aquel hecho. Veintitrés años transcurrieron para que una caballada de tristezas y especulaciones volviera a despertar. Y así también mi hambre por indagar en informaciones de caso cerrado, u olvidados. Regresé a Tijuana tras los rastros de una posible forma de verdad. ¿Qué es la verdad? ¿Qué verdad puede haber en hechos y seres ya transformados en fantasmas por el tiempo y la memoria? ¿Y si los fantasmas me emboscaran para gritarme que carne fueron también?

Extracto de Fierros bajo el agua, de Guillermo Arreola.

fierros-bajo-el-aguaSINOPSIS: Arreola nos regala una narración poética que nos transmite la nostalgia de Leonardo cuando regresa a Tijuana para aclarar los hechos alrededor de la muerte de su amante, Cas Medina. En estas hojas nos muestra un México olvidado en donde la tragedia es una cotidianidad en la vida de las personas: odio, desapariciones de personas traficadas y crímenes.

Fierros bajo el agua, de Guillermo Arreola, está dsponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Joaquín Mortiz.

Booktrailer: «Fierros bajo el agua», de Guillermo Arreola

Fierros bajo el agua es una novela de Guillermo Arreola publicada bajo el sello Joaquín Mortiz.

SINOPSIS: Tijuana, en la voz del personaje de esta novela, es un paisaje cambiante: a veces audaz y luminoso como un efecto de embriaguez; otras tan rutinario y doloroso como la pobreza en las calles, el paso de migrantes, la impunidad, la homofobia, los cinturones de miseria, la frontera con sus dos caras dispares. Esta ciudad reclama el regreso de Leonardo para aclarar las incidencias alrededor de la misteriosa muerte de su joven amante, Cas Medina.

Esta búsqueda marcará el reencuentro con un México olvidado donde la vida parece desechable: hombres que golpean a sus mujeres por un súbito absceso de furia; un hijo que mata a su padre por aburrimiento; cientos de desaparecidos; crímenes de odio; personas traficadas.

Con gran habilidad narrativa y poética, Guillermo Arreola se sumerge en la nostalgia y el habla local de los tijuanenses para escribir una inquietante historia sobre la fragilidad donde la tragedia empieza a ser algo tan normal como la cotidianidad misma.

A continuación te invitamos a que revises su booktrailer. La realización corre a cargo de Leonardo Rubio. 

Fierros bajo el agua, de Guillermo Arreola, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Joaquín Mortiz.

3 libros esenciales para leer este 20 de noviembre, Día de la Revolución Mexicana

El 20 de noviembre es probablemente la segunda fecha oficial más importante de México después del día de la independencia. Además de la historia que conocemos por el lenguaje oral y libros de en la escuela, la Revolución fue un periodo lleno de hechos y personajes históricos con una compleja relación entre sí.

La confusión (y otros factores, como el nacionalismo) han llevado a la creación de héroes y villanos que no necesariamente deben ser juzgados con una perspectiva blanca y negra  más bien deben ser repensados como actores que tomaron decisiones por diferentes motivos y que a la larga forjaron la época moderna de México.

La única manera de entender la historia de la Revolución Mexicana es por medio de la lectura de diversos libros que nos presenten una variedad de perspectivas sobre los hechos y personajes que formaron parte de este accidentado periodo. Aquí les presentamos 3 libros esenciales para leer y entender a la Revolución Méxicana. Tres títulos imperdibles para este 20 de noviembre:

1- No me dejen morir así: Recuerdos póstumos de Pancho Villa- Pedro Ángel Palou

«Desde la brumosa certeza de que está a punto de traspasar la frontera de la vida y la muerte, Pancho Villa viaja al corazón de sus recuerdos y salda cuentas con la vida. En No me dejen morir así escuchamos una sola voz: la de la memoria de Villa, la del fantasma sin descanso que rastrea sus pasos por el norte de México, entre el desierto y la montaña, entre un amor y el siguiente, en una constante fuga de sus perseguidores y del destino último que habría de alcanzarlo en Parral.

El héroe de los desposeídos, los marginados de la tierra; el genio militar que no pudo ser, el hombre que encabezó la mayor fuerza revolucionaria de América Latina como si fuera una familia, rememora las traiciones y las venganzas, los anhelos y el quehacer diario de quien hizo la guerra como una manera de alcanzar la paz.»

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Adquiere el libro bajo el sello Planeta en su versión impresa y digital.

2- La sangre al río: La pugna ignorada entre Maclovio Herrera y Francisco Villa- Raúl Herrera Márquez

«Mucho se ha escrito sobre Francisco Villa y la Revolución mexicana, pero poca justicia se ha hecho a las familias que vivieron en carne propia las secuelas de esta época. La sangre al río rescata la memoria de la familia Herrera, mediante un enfoque que fusiona la microhistoria y una suerte de ficción real, en lo que el propio autor ha denominado novela verdadera. En esta obra se entremezclan ficción, entrevistas con los sobrevivientes, testimonios, descripción de fotografías, fragmentos en los que el autor nos relata su relación personal con estos hechos, ensayo histórico y documentos extraídos de diversos archivos. De esta manera, el lector sigue las pequeñas y grandes historias de unos personajes, antepasados del autor, que nos revelan sucesos inéditos de la Revolución: la confrontación entre Maclovio Herrera y Villa, y lo que esta pugna costó a una familia que terminó compuesta por viudas y huérfanos. Con el rigor de las investigaciones históricas y la fluidez de las novelas, este libro nos entrega un retrato del México revolucionario y una imagen desmitificada de Villa, más allá de la figura que ha pasado al imaginario nacional. Además, nos desvela un dato que contradice radicalmente la versión oficial de la historiografía: ¿quién asesinó en realidad al líder revolucionario?»

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Adquiere el libro bajo el sello Tusquets en su versión impresa y digital.

3- Los relámpagos de agosto- Jorge Ibargüengoitia

«Los relámpagos de agosto es el reverso humorístico de la novela de la revolución basada en hechos reales y conocidos, aunque los protagonistas son imaginarios la trama se va por el lado chusco de la vida y obra de un militar caído en desgracia. Sin pena ni gloria recluido en su cuarto con lápiz en mano el general Arroyo escribe, escribe y escribe sus memorias.

El autor hace gala de su estilo chispeante y en forma satírica mordaz igual que una parodia ensambla los personajes y los sucesos de manera que las desventuras del viejo militar resultan hilarantes y con una carga de proyectiles para el disfrute de todos sus lectores Jorge Ibarguengoitia es ya un clásico de las letras mexicanas.»

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Adquiere el libro bajo el sello Joaquín Mortiz en su versión impresa.

‘Muertes históricas’, un revelador libro de Martín Luis Guzmán

El 5 de mayo por la mañana, la situación política y militar de Venustiano Carranza no tenía remedio.

Las olas del descontento en armas, de la rebelión, de la defección, habían venido propagándose desde las más remotas comarcas del país hasta el interior mismo de los salones presidenciales. Ya no era sólo Calles en Sonora, si Estrada en Zacatecas, ni Obregón en los estados del Sur, donde las tropas acogían al rebelde y se pronunciaban. Era Pablo González, que se mantenía en Texcoco rodeado de partidarios, como en acecho, y que no necesitaba sino extender la mano para adueñarse de la capital. Y entre tanto, Carranza, aparte de ignorar quiénes lo acompañaban todavía para sostenerlo, y quiénes para traicionarlo oportunamente, veía apartarse de su lado a militares y civiles que horas antes le protestaban adhesión; veía cómo defeccionaban hasta sus regimientos preferidos, y aquellos cuyos jefes y oficiales recibían paga y sobrepaga, y cuyos soldados rasos tenían haberes de sargentos.

¿Tan insensato de juzgaba su propósito de entregar la Presidencia a don Ignacio Bonillas, tan criminal su idea, que así lo abandonaban o negaban casi todos? Sola surgía esta pregunta en el espíritu de cuantos entonces penetraban a fondo lo que estaba ocurriendo; sola se le formulaba a él. Y como él sabía de historia, bien hubiera podido pronosticar para sí mismo, interrogándose y respondiéndose, cuán funesto habría de serle aquel error, y cómo habría bastado el más somero análisis para entender el vacío a que se asomaba poco a poco, 

Porque hay una hora, si se produce, que nunca falla en el derrumbamiento de los gobernantes mexicanos: la mala hora en que se proponen, con olvido de su origen, provocar una repulsa verdaderamente nacional, una negativa a la que después tratan de enfrentarse. Y esa hora la había sonado él queriendo improvisarse un sucesor, y luego la había acortado empeñándose en sacar de la nada, o casi de la nada, al hombre dispuesto a constituirse (de hecho o en apariencia) en heredero de una situación política que nadie, ni el propio Carranza, podía alegar arbitrariamente, ya que otros, con muy buenos títulos, también la consideraban suya.

Extracto de Muertes históricas: Febrero de 1913, de Martín Luis Guzmán.

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Muertes históricas: Febrero de 1913, de Martín Luis Guzmán, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Joaquín Mortiz.