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Lorena Amkie (Gothic Doll) reseña ‘Alguien allá arriba te odia’

En días pasados, la escritora Lorena Amkie (Gothic Doll) publicó su reseña del libro Alguien allá arriba te odia, de Hollis Seamon. Su reflexión sobre esta novela que aborda el sentido de la vida en vísperas de la muerte nos resultó tan interesante que decidimos compartirla con ustedes.

Pueden leerla, justo aquí abajo.

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Una buena vida

Esta semana me tocó hablar mucho acerca de la vida y la muerte: me pidieron que presentara una novela juvenil llamada “Alguien allá arriba te odia”, de Hollis Seamon, en la librería Rosario Castellanos, y he tenido un par de entrevistas al respecto. Se trata de la historia de Richie, un chico de 17 años que en 10 días va a morir de cáncer y que pasa sus últimos días en el pabellón de enfermos terminales. Ya sé, suena edificante, ¿no? Pero lo es, mucho. Porque Richie, lejos de reflexionar acerca de la luz al final del túnel, el infierno o dios, y más lejos todavía de pensar en si su vida valió la pena o no, en si trascendió o dejó una huella o todas esas cosas que los adultos creemos que estarán en nuestras mentes en los últimos días, encuentra el modo de seguir siendo un adolescente idiota, como debe de ser. Se la pasa viéndole el trasero a las enfermeras, coqueteando con la otra chica moribunda del pabellón, y hasta encuentra el tiempo para tener su primer blowjob, fumarse un churro, tomarse un par de cervezas, perder la virginidad, y echarse uno que otro jueguecito de póker entre tanto. O sea, se la pasa de poca madre. O bien, se “porta mal”.

Para esta presentación se lanzó a Twitter la pregunta “¿qué harías si te quedaran 10 días de vida?” y por supuesto, la mayoría de las respuestas tenían que ver con portarse mal. Esto no nos sorprende pero yo, justo hoy, me preguntaba por qué. Creo que tiene que ver con el tema de las consecuencias, y con la liga que hay entre la idea de portarse mal y cometer errores. Crecemos con la idea, instaurada por El Sistema, de que hay una manera correcta de hacer las cosas y una incorrecta (o varias). Hay un carril por el que se vale caminar, con reglas, estructura, y satisfacciones prefabricadas. Tiene que ver con la moral, con las reglas, con la presión social, las expectativas, y hasta el judeocristianismo. Si ya voy a morirme, me gastaría todo mi dinero en ese viaje, dejaría a mi esposo, saldría a bailar desnuda por las calles, tendría sexo con más amantes, comería pasteles, etcétera. O sea, cometería todos los errores… pero ¿y si nuestra definición de lo que es un error es incorrecta? ¿Y si nuestra idea de lo que es “una buena vida” también?

Amar a la persona incorrecta: error, ¿no? ¿Por qué? Por que acabó mal. O más bien, porque acabó. Como si nada más lo eterno pudiera ser válido o correcto. Richie, por ejemplo, no se pregunta en ningún momento si Sylvie, la chica de la que se ha enamorado, y que morirá pronto también, es la correcta o no. Elige amarla porque puede, porque quiere, porque están los dos ahí y es mejor haber amado que no. ¿Valía la pena cuidarse más el corazón? Los adolescentes actúan como inmortales y eso es lo que les admiramos. Y eso es lo que olvidamos.

Me parece que una buena vida, una vida suficiente, buena en cuanto a bondad, en cuanto a bienestar y expectativas cumplidas, no suena tan mal. Nada mal, de hecho. Una vida de armonía, de árboles podados, sueldos suficientes, rutinas funcionales. Una vida de satisfacción, de comidas equilibradas, sábanas limpias y noches completas de sueño. La vida correcta. Deséame, si me quieres, caminos rectos, obstáculos fáciles de saltar, amigos viejos. Una vida de tranquilidad, abundancia, cariño, estabilidad y bonanza. Una vida buena. Y deséame, si me entiendes, una vida plena… plena de montañas, aventuras peligrosas, pasiones indomables, lluvias agridulces, amigos nuevos, idiomas complejos, canciones entrañables, rutas perdidas y un sin fin de errores de los que no tenga que disculparme jamás.

Este artículo fue publicado originalmente por el sitio de Internet Sin embargo, en el siguiente enlace.

ALGUIEN ALLA ARRIBA TE ODIA portada

Alguien allá arriba te odia, de Hollis Seamon, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Seix Barral.

‘Alguien allá arriba te odia’, por toda la ciudad

Richie, el protagonista de la novela Alguien allá arriba te odia de Hollis Seamon, está invadiendo la ciudad de México. Hemos colocado carteles por todos lados y queremos regalar libros.

Tenemos cuatro libros para dar por Facebook, así que si te encuentras uno de los pósters, tómate una foto y súbela a los comentarios de esta publicación.

También daremos uno por Twitter, igualmente tómate una foto, tuitéala y no olvides etiquetar a @planeta_joven y usar el hashtag #AAATO.

Los primeros en publicar sus fotos serán los ganadores. El cartel es éste:

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Alguien allá arriba te odia: Sylvia

Richie es el protagonista de Alguien allá arriba te odia, libro de Hollis Seamon. Él está enfermo, tiene 17 años y se va a morir. Su tío Phil lo visita algunas veces en el hospital. En una ocasión le regaló unos dibujos, cada uno con una historia detrás y un mensaje.

Sylvia

Antes de que ella lo levante y lo abrace contra su pecho, alcanzo a ver la mayor parte. Son todas esas fotografías de Sylvia cuando era bebé, ya de grande, ganando premios, todo eso. Las imágenes están reunidas en un cuadro alrededor de la cama. La chica que está en la cama, duerme en posición fetal, desnuda. […] Aquí dice MUJER BONITA.

sylvia

Alguien allá arriba te odia: El mundo de Richie

Richie es el protagonista de Alguien allá arriba te odia, libro de Hollis Seamon. Él está enfermo, tiene 17 años y se va a morir. Su tío Phil lo visita algunas veces en el hospital. En una ocasión le regaló unos dibujos, cada uno con una historia detrás y un mensaje.

El mundo de Richie

 Me inclino sobre el dibujo y noto que es mucho más sencillo que los demás. Soy yo en mi silla de ruedas pero visto desde atrás. Me veo grande y estoy al centro de la hoja. Todo lo que me rodea es diminuto comparado con mi altura. Visto mi disfraz improvisado de Halloween: la corona en la cabeza y la cobija sobre los hombros como capa. En  mi capa hay letras suficientemente grandes para que yo las pueda leer: RICHARD CASEY: EL INCREÍBLE CHICO VOLADOR.

MUNDO RICHIE

 

Alguien allá arriba te odia: La mujer en coma

Richie es el protagonista de Alguien allá arriba te odia, libro de Hollis Seamon. Él está enfermo, tiene 17 años y se va a morir. Su tío Phil lo visita algunas veces en el hospital. En una ocasión le regaló unos dibujos, cada uno con una historia detrás y un mensaje.

La mujer en coma

Me inclino sobre La mujer en coma y trato de analizarlo. Los ángulos son extraños. Es como si todo lo que estuviera en la habitación surgiera de un punto central. Pero todo está allí: las ventanas, la puerta, el techo, las paredes, la mesa sobre la cama y todo el equipo de succión… todo. Da la impresión de que todos los objetos se te van a caer encima. Como si todo hubiera sido succionado. Los angelitos de la cenefa están estirados y se ven raros, parecen gárgolas o algo así. Me quedo observando y, en ese momento, entiendo lo que pasa: todo lo que aparece en el dibujo se ve desde el punto de vista de ella.

MUJER EN COMA

Alguien allá arriba te odia: Los dos ancianos

Richie es el protagonista de Alguien allá arriba te odia, libro de Hollis Seamon. Él está enfermo, tiene 17 años y se va a morir. Su tío Phil lo visita algunas veces en el hospital. En una ocasión le regaló unos dibujos, cada uno con una historia detrás y un mensaje.

Los dos ancianos

Me acomodo bien y tomo el dibujo de los viejitos. Es un poco más alegre porque los ancianos están sentados en la cama y ven la televisión que está montada en la pared. Ambos tienen una cerveza en la mano y un cigarro en la otra. Estos tipos son jóvenes, o al menos, sus rostros lo son. Sus patillas están desaliñadas pero tienen cabello y no se les ve ninguna arruga. Uno de ellos tiene puesta una gorra de los Yankees, y el otro, una especie de sombrero de pesca. […] Sacudo la cabeza y sonrío. ¡Los tipos están en su casa! En el cuarto de televisión o algo así. Son unos tipos normales que ven un partido y se la pasan bien.

LOS DOS ANCIANOS