Los problemas que me hicieron volverme Dark

A los catorce años me hice Dark. Ahora soy Celia la Dark.

El primer día de tercero de secundaria recorrí veinte cuadras desde mi casa hasta al Instituto Hershey con unas botas tan altas que parecía que había crecido siete u ocho centímetros durante el verano. Yo llevaba una camisa gris debajo de una sudadera negra con capucha que me cubría tanto la frente que llegaba hasta la raya del ojo. Crucé rápidamente la entrada lateral, localicé mi casillero en el segundo piso y colgué un cartel en la puerta con cinta adhesiva. Era de cartón negro y tenía letras recortadas de revistas, como si fuera una nota de rescate.

Me han dicho que algunos chicos vienen al colegio a aprender. Otros vienen porque es una válvula de escape social o porque les encanta el teatro o el futbol. La mayoría viene porque es un requisito legal del Estado y, por tanto, de sus padres. Yo vine al Instituto Hershey para vengarme. No tenía un plan concreto, pero lo que sí sabía es que sería humillante y público y que mi víctima tendría claro que lo había organizado yo.

Llámame planeta, pues giro alrededor de un sol del color

de la venganza.

O semilla, pues crezco en la tierra gris que se ocupa de un

asunto pendiente.

Soy una bebida fría, un castigo para los cubitos de hielo, una

comida picante que se venga.

Llámame rollo de película. Mira y verás lo que hago.

Este es un poema que escribí este verano. He escrito muchas poesías desde que me hice Dark.

Mientras abría mi mochila para meter los libros en el casillero, el pasillo se fue llenando de alumnos y del cuchicheo amplificado del primer día. En ese momento oí su voz dulce y alegre resonando entre los demás, un pajarillo con un canto demasiad potente para su cuerpo. Señaló mi casillero y dijo en voz alta, «Cada año más rara», y las chicas que iban detrás de ella se rieron tapándose la boca con las manos.

Era Sandy Firestone. Y si mi corazón fuera una ballesta, cada flecha estaría apuntando hacia ella.

El cartel de mi casillero decía: Celia la Dark.

Extracto de La dulce venganza de Celia Door, de Karen Finneyfrock.

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La dulce venganza de Celia Door, de Karen Finneyfrock, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Destino.

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