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¿Te has enamorado de quien no debías?Ellos no debieron conocerse, no eran el uno para el otro.

En cuestión de amores son pocas las personas que aciertan al elegir pareja, sobre todo cuando se trata del primer amor, en el que se vive una especie de ensayo-error que se traduce en lágrimas, reconciliaciones, momentos entrañables y grandes aprendizajes, pese a que pueda tratarse de un amor que no debió ser.

En la novel Pedazos de ti, publicada por Planeta, su autora Paula Amor ofrece una visión fresca de lo que puede ser el romance juvenil entre seres completamente diferentes y procedentes de estratos sociales distintos, quienes pese a las presiones y exigencias de los grupos en que se mueven conservan sentimientos que resultan universales.

 La historia de Abbie y Devil se mueve entre el mundo del rock, las motocicletas, los tatuajes, las pandillas, pero también entre los deberes escolares, las bibliotecas y el descubrimiento del otro, aunque resulte el ser más diferente que exista. En esta historia se puede probar la tesis de que los polos opuestos se atraen y dan origen a una relación intensa, no ajena a los problemas, los sinsabores y la incertidumbre sobre el futuro común.

“Sabía que con ella era diferente, le hacía sentirse bueno e importante, como si su existencia por una vez fuese válida. Además le entendía, era capaz de escucharle. ¿Por qué aquella insignificante chiquilla le había calado tan hondo? ¿En que momento y de qué manera empezó todo? No lo sabía, pero con lo ocurrido la noche anterior tenía claro que nunca dejaría que le hicieran daño. La protegería siempre”, reflexiona Devil.

“Estaremos juntos siempre, Devil, haré cualquier cosapor no separarme de ti”, asegura Abbie. “Acabe como acabe, Devil quiero estar contigo hasta el final. Sé que esto acabará bien, pero si tengo que caer a un pricipicio por ti, caeré mil veces , contigo a mi lado”.

Paula Amor Sanchis (Valencia, España, 1990). Escritora. Busca compartir con el mundo su personal manera de relatar lo que pasa por su mente y que describe con el verbo “paulear”, al que da el significado de compartir sus pensamientos. Se siente orgullosa de que las novelas románticas que ha escrito han hecho que más de 4,000 lectores crean en el amor.

‘No hay verano sin ti’, la continuación de una gran historia de amor

Antes, cuando terminaban las clases en junio, metíamos las maletas en el coche y nos dirigíamos directamente a Cousins. Mi madre iba a la tienda el día anterior y compraba botellas de jugo y cajas de tamaño económico de barritas energéticas, protector solar y cereales integrales. Cuando le rogaba que comprara cereal con malvaviscos o maíz endulzado, mi madre decía:

-Beck tendrá cereales de los que te pudren los dientes de sobra, no te preocupes.

Tenía razón, claro. A Susannah -Beck para mi madre- le encantaban los cereales para niños, igual que a mí. Los devorábamos en la casa de verano. Nunca llegaban a ponerse blandos. Hubo un verano en el que los chicos comieron cereales para el desayuno, el almuerzo y la cena. Mi hermano, Steven, era de cereal azucarado, Jeremiah era de cereal crujiente y Conrad, de cereal inflado. Jeremiah y Conrad eran los hijos de Beck y disfrutaban de sus cereales. En cuanto a mí, yo me comía lo que quedara mientras tuviera azúcar.

Había estado yendo a Cousins toda mi vida. Casi diecisiete años jugando a perseguir a los chicos, esperando y deseando ser algún día lo bastante mayor como para formar parte de su pandilla. La banda veraniega de los muchachos. Por fin lo había conseguido, pero ya era demasiado tarde. En la piscina, la última noche del último verano, dijimos que siempre volveríamos. Da miedo pensar con qué facilidad se rompen las promesas. De forma tan simple.

Cuando llegué a casa el verano anterior, esperé. Agosto se convirtió en septiembre, empezaron las clases y yo seguía esperando. No es que Conrad ni yo nos hubiéramos declarado. No es que fuera mi novio. Sólo nos habíamos besado. Empezaba la universidad, donde habría un millar de chicas distintas. Chicas sin toques de queda, chicas en su dormitorio, todas más inteligentes y guapas que yo, todas misteriosas y completamente nuevas, de una forma que yo nunca podría llegar a ser.

Pensaba en él constantemente, en lo que había significado, en lo que éramos el uno para el otro. Porque no podíamos echarnos atrás. Sabía que yo no podría. Lo que había ocurrido entre nosotros, entre Conrad y yo, entre Jeremiah y yo, lo había cambiado todo. Así que cuando llegó agosto y después septiembre y el teléfono seguía sin sonar, solo tenía que pensar en cómo me había mirado esa última noche para comprender que aún había esperanza. Sabía que no me lo había imaginado. No podía haberlo hecho.

Extracto de No hay verano sin ti, la continuación de El verano en que me enamoré, escrita por Jenny Han.

No hay verano sin ti portada

No hay verano sin ti, de Jenny Han, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Destino.