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‘La pirámide’, una novela sobre el pasado del detective Kurt Wallander

Al principio, no había más que niebla.

O tal vez un mar denso en el que todo era blanco y mudo. El paisaje de la muerte. Y eso fue precisamente lo que pensó Wallander cuando, muy despacio, comenzó a emerger a la superficie de nuevo: pensó que ya estaba muerto. Había cumplido veintiún años, ni más ni menos. Un joven agente de policía, apenas un adulto. De repente, un extraño se abalanzó sobre él con un cuchillo sin darle tiempo a hacerse a un lado. 

Después, no hubo más que aquella blanca neblina. Y el silencio.

Comenzó a despertar despacio, con la misma lentitud con la que había ido retornando a la vida. Las imágenes giraban imprecisas en su mente. Él intentaba capturarlas como mariposas, pero ellas se le escurrían de modo que tan sólo mediante un gran esfuerzo fue capaz de reconstruir lo que en verdad había sucedido…

***

Wallander tenía el día libre. Era el 3 de junio de 1969 y acababa de acompañar a Mona a uno de los barcos con destino a Dinamarca. Pero no era uno de esos transbordadores modernos de hoy, sino un ejemplar de aquellos fieles servidores trasnochados en los que uno tenía tiempo de ingerir un auténtico almuerzo durante la travesía a Copenhague. Mona iba a visitar a una amiga. Las dos mujeres habían pensado acudir al parque de atracciones Tivoli, pero lo más probable era que dedicasen la mayor parte del tiempo a ir de tiendas. A Wallander le habría gustado acompañarla, puesto que estaba libre, pero ella se había negado: aquel viaje no era para hombres, sino sólo para ella y su amiga.

Así que allí estaba él, observando cómo el barco se alejaba del puerto y terminaba por desaparecer. Mona volvería aquella misma noche y él le había prometido ir a buscarla. Si el buen tiempo se mantenía, podrían dar un paseo nocturno, antes de marcharse al apartamento del barrio de Rosengård donde vivía.

Wallander notó que la sola idea lo llenaba de excitación. Se colocó bien los pantalones y cruzó en diagonal hasta el edificio de la estación, donde compró un paquete de su marca habitual de cigarrillos, John Silver, y, antes de salir del local, ya había encendido uno.

No tenía más planes para aquel día. Era martes y no debía ir a trabajar. Llevaba acumuladas muchas horas extraordinarias, consecuencia sobre todo de las grandes y repetidas manifestaciones contra la guerra de Vietnam, celebradas tanto en Lund como en Malmö, ciudad en la que, además, se habían producido enfrentamientos violentos. A Wallander le desagradaba enormemente aquella situación. En realidad, él no sabía muy bien qué pensar sobre las exigencias de los manifestantes de que las fuerzas militares de Estados Unidos abandonasen Vietnam. De hecho, había intentado hablar de ello con Mona el día anterior, pero ella no tenía otra opinión que la de que «los manifestantes eran, en el fondo, unos alborotadores». Y cuando Wallander, pese a todo, insistió aduciendo que no podía ser justo que la mayor potencia bélica mundial bombardease a un pobre país agrícola de Asia hasta aniquilarlo, o hasta «hacerlo retroceder a la edad de piedra», en palabras de un alto mando militar americano, según él había leído en algún periódico, ella contraatacó asegurando que, ¡sólo faltaba!, que ella no estaba dispuesta a casarse con ningún comunista.

Wallander no supo qué decir y ahí cesó toda discusión sobre el asunto. Pero él sí estaba convencido de que quería casarse con Mona, aquella joven de cabello castaño claro, nariz puntiaguda y barbilla fina que tal vez no fuese la más hermosa de cuantas había conocido, pero que era, sin duda, la mujer a la que él amaba.

Se habían conocido el año anterior. Hasta entonces, Wallander había estado saliendo, durante más de un año, con una joven llamada Helena que trabajaba en una agencia de transportes de la ciudad. De pronto, un buen día, Helena le hizo saber que lo suyo había terminado, que había conocido a otro chico. Wallander se quedó mudo. Después, se encerró a llorar en su apartamento durante todo un fin de semana, loco de celos, para luego, una vez agotada la fuente de sus lágrimas, dirigirse a uno de los pubs de la estación central dispuesto a emborracharse. En el lamentable estado subsiguiente, regresó al apartamento, donde volvió a entregarse al llanto. Ahora se estremecía de dolor cada vez que pasaba ante las puertas del establecimiento: jamás volvería a poner un pie en aquel lugar.

Se sucedieron unos meses muy difíciles en los que el joven Kurt intentó convencer a Helena de que cambiase de opinión; pero ella lo rechazó tajante, y su insistencia llegó a irritarla hasta el punto de que lo amenazó con denunciarlo a la policía. Aquello lo indujo a una retirada que, por extraño que pudiera parecer, tuvo el efecto de ayudarlo a superar lo ocurrido. Helena podía quedarse tranquila con su nuevo novio. Todo aquello había sucedido un viernes.

Pero esa misma noche, Wallander emprendió un viaje al otro lado del estrecho y, durante el regreso de Copenhague, vino a ocupar el asiento contiguo al suyo una chica que se entretenía en hacer punto y que se llamaba Mona.

Wallander atravesó la ciudad dando un paseo, sumido en sus recuerdos y preguntándose qué estarían haciendo Mona y su amiga en aquellos momentos. Y, entonces, empezó a pensar en lo que había sucedido la semana anterior, en cómo las manifestaciones degeneraron en violencia; si no fue la incapacidad de sus propios mandos para valorar correctamente la situación lo que hizo que todo se disparase. Él pertenecía a una unidad de refuerzo improvisada que se mantenía a la expectativa y que no fue requerida hasta que las calles no se hubieron convertido en un puro altercado. Pero su contribución no sirvió más que para extremar el caos.

La única persona con la que Wallander había intentado discutir de política en serio era su propio padre. Tenía el hombre sesenta años de edad y no hacía mucho que había tomado la decisión de trasladarse a Österlen. Era una persona de carácter variable y Wallander nunca estaba seguro de cuál sería la naturaleza de sus reacciones. En especial desde una ocasión en que el padre se había indignado tanto con su hijo que a punto estuvo de retirarle el saludo. Esto sucedió el día en que Wallander, hacía ya algunos años, llegó a casa con la noticia de que pensaba hacerse policía. Su padre se encontraba en el taller, envuelto en el sempiterno olor a pinturas y a café. Al oír sus palabras, le arrojó el pincel que sostenía en la mano y le pidió que se marchase para siempre: él no tenía la menor intención de tolerar a un policía en la familia. Se produjo una acalorada y violenta discusión, pero Wallander no cedió; él sería policía y ningún proyectil en forma de pincel lo haría cambiar de idea. El enfrentamiento cesó de forma repentina, el padre se encerró en un silencio manifiestamente hostil y volvió a ocupar su silla ante el caballete dispuesto a, siguiendo un modelo, dar forma a uno de sus urogallos. En efecto, siempre elegía el mismo motivo para sus cuadros: un paisaje que representaba un bosque cuya única variación consistía en la presencia o la ausencia de un urogallo.

El recuerdo del padre lo hacía fruncir el entrecejo. En el fondo, jamás llegaron a reconciliarse sinceramente, aunque ahora, al menos, podían conversar con normalidad. Wallander solía preguntarse cómo su madre, que había fallecido cuando él estudiaba para policía, había podido soportar a su marido… Su hermana Kristina había sido lo suficientemente sensata como para marcharse de casa en cuanto tuvo oportunidad y se había instalado en Estocolmo.

Habían dado las nueve. Tan sólo una leve brisa discurría por las calles de Malmö. Wallander entró en una cafetería situada junto a los grandes almacenes NK. Pidió un café y un bocadillo, hojeó un ejemplar del diario Arbetet y otro del Sydsvenskan. En ambos periódicos podían leerse cartas al director remitidas por personas que encomiaban o reprobaban la intervención de la policía en las manifestaciones. El joven agente las pasó con premura, pues intuía que su lectura le resultaría poco llevadera. Por otro lado, confiaba en no tener que prestar sus servicios como oponente en las manifestaciones por mucho más tiempo. Él quería ser policía de la brigada judicial. Aquélla había sido su aspiración desde el principio y nunca lo había ocultado. Tan sólo en el plazo de unos meses, comenzaría a trabajar en uno de los grupos responsables de los delitos de violencia contra las personas y otros crímenes menores.

Y, de repente, alguien apareció ante él. Wallander miró hacia arriba con la taza de café en la mano. Era una joven de unos diecisiete años. Llevaba el cabello muy largo, estaba pálida y lo miraba encolerizada. Entonces, la chica se inclinó de modo que el cabello le cubrió la cara al tiempo que señalaba hacia su propia garganta.

Extracto de La pirámide, un caso del detective Kurt Wallander, escrito por Henning Mankell.

La piramide portada

La pirámide, de Henning Mankell, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Tusquets.

Todos los libros del detective Kurt Wallander, un personaje creado por Henning Mankell

Kurt Wallander es un detective abrumado por la culpa hacia su padre y su hija, por la sensación de fracaso ante su matrimonio roto, inseguro respecto a su capacidad como policía, lastrado por el sobrepeso y el ocasional abuso del alcohol, frustrado en su amor por la ópera y las mujeres…

Kurt Wallander también es, por cierto, un personaje literario creado por el escritor sueco Henning Mankell, quien ha encontrado en Wallander a su implacable alter ego y al protagonista de su aclamada serie de novelas policíacas, publicadas por Tusquets.

A continuación te compartimos las portadas y sinopsis de todas las novelas que, hasta ahora, integran la Serie Wallander. Las pusimos en orden cronológico de acuerdo a la publicación en su idioma original (aunque las fechas que encontrarás abajo corresponden a su publicación en español), para que tú decidas cómo leerlas.

1. Asesinos sin rostro (2008)

Asesinos sin rostro portada

SINOPSIS: En este histórico primer encuentro con sus lectores, el inspector Wallander debe resolver un caso casi tan complicado como su vida personal. Mientras procura desenmascarar a los despiadados asesinos de una anciana que ha muerto con la palabra «extranjero» en la boca antes de que los prejuicios raciales latentes en la comunidad desaten una ola de violencia vengadora, Wallander debe enfrentar el abandono de su esposa, la hostilidad de su hija, la demencia senil de su padre y hasta su propio deterioro físico a causa del exceso de alcohol y comida barata y la falta de sueño. Wallander terminarán por hallar la inesperada solución del caso, pero sus problemas familiares no acabarán con este libro. Por no hablar de los de su país, arrojado a una nueva era en la que, como cree el inspector, «la inquietud aumentará bajo el cielo».

2. Los perros de Riga (2008)

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SINOPSIS: En esta segunda entrega, tras haber familiarizado a sus lectores con la fría región de Suecia donde Wallander es jefe de policía, Mankell traslada al inspector fuera de su jurisdicción, al vecino país de Letonia. En la capital debe investigar la muerte de dos letones, cuyos cadáveres llegaron a la costa sueca, paradójicamente, a bordo de un bote salvavidas. Acosado por sus problemas de salud, sus remordimientos por desatender a su anciano padre o la angustia por la separación de su mujer y la pérdida de contacto con su hija, la vida del inspector dará un vuelco cuando conozca a Baiba Lepa, una mujer que agregará a los conflictos políticos de Letonia las turbulencias propias del amor.

3. La leona blanca (2008)

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SINOPSIS: El hallazgo del cadáver de una joven agente inmobiliaria, asesinada brutalmente sin ningún motivo aparente, supone para Wallander un descenso a los infiernos mucho más largo y profundo de lo que nunca hubiera imaginado al iniciarse un caso. Y esta vez, además, se trata de una conspiración internacional detrás de la cual se encuentra una organización de extrema derecha. Ésta, decidida a dinamitar el proceso antiapartheid en la lejana Sudáfrica, ha contratado a un asesino a sueldo, quien, con la ayuda de un antiguo agente de la KGB, planea atentar contra un importante dirigente muy cerca de donde Wallander investiga. Acosado por sus persistentes problemas personales, el inspector entrará en una espiral de suspense cada vez más vertiginoso. Una de las novelas políticamente más comprometidas de Henning Mankell.

4. El hombre sonriente (2008)

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SINOPSIS: Lo último que ha visto un abogado, antes de ser asesinado, es un muñeco del tamaño de un hombre atravesado en la carretera, donde se vio obligado a detenerse en medio de la espesa niebla. Este extraño comienzo, cargado de una atmósfera de misterio tan clásica, es el punto de partida de un complicado caso de delincuencia económica en las altas esferas. Pero es también el inicio de un enfrentamiento cada vez más personal del inspector Wallander con un adinerado, sonriente y autoritario mecenas. Sintiendo a cada paso su vida amenazada, el inspector se ganará el respeto de su enemigo pero no se detendrá hasta borrar esa sonrisa de su rostro.

5. La falsa pista (2009)

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SINOPSIS: En Suecia nadie recuerda un verano tan caluroso como el de 1994. Mientras la gente sigue con pasión los partidos finales del Campeonato Mundial de Fútbol, el inspector Kurt Wallander se dispone a iniciar unas cortas vacaciones. Pero la tranquilidad de la provincia de Escania se ve truncada cuando una muchacha, posiblemente extranjera, se suicida quemándose. Wallander y su equipo tratan de averiguar la identidad de la chica y los motivos de esa trágica decisión; pero los sustos no han hecho más que empezar, pues un brutal asesino en serie ha comenzado su macabra actividad. Las primeras víctimas son un antiguo ministro de Justicia, un adinerado tratante de arte y un ladronzuelo de poca monta. Sin que pueda sospecharlo, la pista a la que Wallander se aferra para detener esta carnicería le conducirá a las altas esferas de la política, y pondrá seriamente en peligro su vida y la de sus allegados.

6. La quinta mujer (2009)

La quinta mujer portada

SINOPSIS: La placidez habitual de la ciudad sueca de Ystad se ve rota cuando, con cierto intervalo de tiempo, tres hombres aparecen salvajemente asesinados. Las víctimas llevaban una vida apacible y tranquila, dedicadas a la ornitología, el cultivo de orquídeas y la poesía, lo cual hace aún más incomprensible el casi insoportable sadismo de que han sido objeto. Durante la investigación del caso, Wallander -un detective vulnerable y con aires de antihéroe- descubre que no sólo debe enfrentarse a un asesino de temible inteligencia, sino que éste parece guiarse por un sanguinario y turbio deseo de venganza. Cuando por fin la policía cree estar tras la buena pista, un nuevo asesinato da un vuelco a la investigación y provoca un motín entre la asustada población local.

7. Pisando los talones (2009)

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SINOPSIS: Con Pisando los talones, Mankell presenta a los lectores uno de los casos más complejos y llenos de suspense de la célebre serie policíaca protagonizada por el inspector Kurt Wallander. En efecto, casi al límite de sus fuerzas, y bajo la presión de un picajoso fiscal, el inspector tendrá que resolver los crímenes más enigmáticos a los que jamás se ha enfrentado.

La noche de San Juan, alguien, agazapado tras un matorral, contempla cómo se divierten unos jóvenes… Por esas mismas fechas, ajeno al drama que se fragua, el inspector Kurt Wallander regresa de sus vacaciones, y en agosto, ya metido en la rutina, empieza a acusar un extraño agotamiento que está a punto de costarle la vida en un accidente de tráfico. Cuando acude al médico, se lleva un buen susto al saber el diagnóstico. Para colmo, Svedberg, uno de sus colegas, no aparece a su vuelta de las vacaciones, y una madre presiona a los agentes para que busquen a su hija: hace ya más de un mes, la joven se marchó de viaje con unos amigos de manera imprevista, y todo indica que las postales que han enviado son falsas. Svedberg, que sigue sin dar señales de vida, ¿no estaba investigando esas desapariciones? Wallander no puede ni imaginar las incógnitas que le presentará este caso… ni los sangrientos crímenes que deberá resolver, «y cuanto antes», como le pide el fiscal.

8. Cortafuegos (2010)

Cortafuegos portada

SINOPSIS: Ystad, Suecia, otoño de 1997. Un hombre muere en extrañas circunstancias a las puertas de un cajero automático. Poco después, dos muchachas asesinan salvajemente a un taxista. Detenidas y trasladadas a la comisaría, las dos adolescentes sorprenden a todo el mundo con su agresividad y su indiferencia ante el crimen que han cometido. En un descuido de los agentes, una de ellas logra huir. Al día siguiente, un problema en el suministro eléctrico deja a oscuras gran parte de la región de Escania; cuando el técnico de mantenimiento acude a la estación transformadora, hará un descubrimiento aterrador. El inspector Kurt Wallander no lo tiene nada fácil: a las complejidades informáticas que acaban envolviendo las pesquisas, se suman los indicios de traición que el inspector descubre en su equipo de investigadores. Además, la casi insoportable soledad afectiva del protagonista hacen que se cuestione seriamente su continuidad como policía.

9. La pirámide (2010)

La piramide portada

SINOPSIS: Todo el mundo tiene un pasado. Wallander, como se nos explica en este libro de la serie, se remonta a veinte años atrás, cuando ni siquiera había entrado en Homicidios y era un joven agente despierto, lleno de ambiciones profesionales y con una vida privada que, ya entonces, hacía agua por todas partes. Los cinco relatos incluidos en La pirámide abarcan desde 1969 a 1989, justo antes del comienzo de la primera novela de la serie.

En el primero de los relatos, un inexperto Wallander, con apenas veintiún años, se entromete en un aparente caso de suicidio y termina en el hospital con una cuchillada. En el segundo, es secuestrado por un exiliado sudafricano que acaba de cometer un asesinato. Y en el último tiene que rescatar a su padre de una comisaría de El Cairo, interrumpiendo una investigación doble sobre una misteriosa avioneta que se ha estrellado en la costa y sobre dos hermanas ancianas que han aparecido calcinadas y con disparos en la cabeza. Es éste un Wallander antes de Wallander: el lector de la serie encontrará aquí claves desconocidas hasta ahora del pasado del inspector, y el que no lo conozca está de enhorabuena: no podría tener mejor manera de introducirse en su mundo.

En el prefacio a este libro, Mankell propone con su acostumbrada lucidez el subtítulo que le daría a la serie de Wallander: «Novelas sobre el desasosiego sueco». Y cierto es que las intrigas detectivescas del inspector, su inestable vida personal y el trasfondo de desintegración de valores y certidumbres sobre el que se desarrollan las novelas componen una imagen desasosegante; pero, como las grandes obras del género negro, reflejan con precisión fotográfica nuestro tiempo, con sus temores e inseguridades, su violencia y su desconcierto, de ahí que Wallander haya cautivado a millones de lectores.

10. Antes de que hiele (2007)

Antes de que hiele portada

SINOPSIS: En 1978, en la localidad de Jonestown (Guyana), murieron todos los seguidores de una secta, liderada por un hombre llamado Jim Jones, en lo que parecía un suicidio colectivo; la noticia dio la vuelta al mundo en las primeras planas de todos los periódicos. En el año 2001, cuando ese terrible suceso ya ha caído en el olvido, Linda, la hija de Kurt Wallander, regresa a Ystad para, en unos días, iniciar su trabajo en la policía. Al tiempo que empiezan las desavenencias con su padre, Linda se integra en la vida cotidiana de Ystad y reanuda sus viejas amistades con dos jóvenes, Anna y Zebran. De pronto, Anna desaparece misteriosamente. Poco después, en los bosques de los alrededores de Ystad, Linda, junto a su padre, hace un descubrimiento aterrador: una cabeza de mujer, degollada, y dos manos unidas, seccionadas; del resto del cuerpo no hay el menor rastro. Y Anna sigue sin aparecer. Es el comienzo de un nuevo y trepidante caso al que se enfrentarán juntos Kurt Wallander y su hija Linda, quien, en el curso de la investigación, conocerá al agente Stefan Lindman (el protagonista de El retorno del profesor de baile), que le causará muy buena impresión.

11. Huesos en el jardín (2014)

Huesos en el jardín portada

SINOPSIS: Un domingo de octubre de 2002, un Kurt Wallander agotado después de una intensa semana de trabajo va a visitar la que podría ser la casa de sus sueños, en las afueras de Löderup. Mientras deambula a solas por el jardín de la finca, rumiando si comprarla o no, tropieza con algo semioculto entre la hierba. Para su sorpresa, son los huesos de una mano. Esa misma noche, cuando los técnicos encienden sus focos y cavan alrededor, sale a la luz un cadáver que, según los forenses, lleva más de cincuenta años bajo tierra. Poco antes de Navidad, y pese a los recortes presupuestarios en la policía de Escania, el inspector Wallander, junto con sus colegas Martinsson y Stefan Lindman (el protagonista de El retorno del profesor de baile), sigue investigando lo que parece ser un asesinato muy antiguo. Pero ¿es posible esclarecer un crimen cometido tanto tiempo atrás? Cuando ya está a punto de darse por vencido, Wallander regresa al jardín de la que pudo haber sido su casa. Y algo despierta en él nuevas sospechas que se convertirán en un nuevo hallazgo.

¿Estás listo para comenzar a leer la Serie Wallander? ¿Por cuál título empezarás?