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La terrible y mala suerte de Silvio Berlusconi

Hay gente con muy mala suerte en la vida. Uno de los casos más graves es el de Silvio Berlusconi, aunque sea uno de los hombres más ricos de Italia. Ha estado siempre, de una u otra manera, no se sabe cómo, rodeado de la Mafie y esto le ha creado molestos problemas, no solo de imagen. Debe quedar claro desde el principio: nunca le han condenado por nada de esto. Pero es una situación especialmente incómoda para un millonario y además primer ministro de Italia, país del G-8, en 1994, de 2001 a 2006 y de 2008 a 2011. Y que aún sigue activo. Ya se habrán ido fijando en las páginas anteriores que a medida que nos acercamos a la actualidad empieza a aparecer su nombre, y verán cómo ahora van a ir desfilando por sorpresa personajes muy gordos que ya hemos conocido.

Esto de Berlusconi y la Mafie es una cuestión muy ignorada. Quizá también es casualidad, pero a lo mejor hasta es deliberado. Es decir, algo silenciado. Prueben a buscar en una librería italiana alguno de los libros que hablan de esto. Mucho de lo que ha salido a la luz se sabe por libros de vida difícil y casi imposibles de encontrar, escritos en los noventa, cuando Berlusconi irrumpió en la política. El magnate persiguió a sus autores en los tribunales, perdiendo siempre, y luego desaparecieron de la circulación y no hubo reediciones. Raramente, por no decir nunca, estas historias se han abordado en televisión. Por supuesto no en sus cadenas ni en las públicas, y mucho menos cuando gobernaba él. Jamás la oposición ha dicho nada, por no alterar la presunción de inocencia, no alimentar su victimismo o cualquiera sabe por qué. Estas historias son en Italia algo como de eruditos y pesados. O más bien un tabú. Es uno de esos asuntos en los que es mejor no meterse. Pero vamos a meternos un poco, porque este señor sigue siendo muy importante y a menudo en el extranjero solo se le tiene por un simpático sinvergüenza, un cachondo mental. Además siempre ha controlado medios de comunicación en España, y lo sigue haciendo. También numerosos medios españoles están en poder o participados por empresas italianas, potencialmente influenciables en el pasado por alguien que era primer ministro y sigue siendo uno de los hombres más ricos y poderosos de Italia. Esto tampoco se dice mucho.

Si quieres saber más sobre la relación entre Silvio Berlusconi y la mafia, no dejes de leer Crónicas de la mafia, de Íñigo Domínguez.

Crónicas de la mafia - Portada

Crónicas de la mafia, de Íñigo Domínguez, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Crítica.

¿Cuál era el verdadero nombre de ‘El Padrino’?

Don Vito Corleone se llamaba así por casualidad. El agente de aduanas que lo registró a su llegada a Estados Unidos cuando era un niño escribió por error el nombre de su pueblo, no su apellido, Andolini. Lo cuenta «El Padrino», la película de Francis Ford Coppola de 1972 basada en la novela de Mario Puzo, de 1969, que popularizó a la Mafia. En realidad hizo algo más que eso: construyó unb estereotipo en un caso extraordinario de simbiosis entre cine y realidad.

Puzo no había visto un mafioso en su vida. El propio Puzo su «vergüenza» por haber escrito el libro sin haber visto ninguno: «Lo escribí por el dinero. Tenía cuarenta y cinco años y estaba cansado de ser un artista. Además debía 20 mil dólares a familiares y bancos». Lo cuenta en «The Godfather Papers & other confessions». Esta frase es citada a menudo por los detractores de «El Padrino», sobre todo de la comunidad italoamericana, que solo ven un cúmulo de falsos estereotipos.

Por lo menos, Puzo se documentó a base de bien. Para empezar, con el material que había salido a la luz en el primer gran proceso público a la Mafia en Estados Unidos, el de la Comisión Kefauver del Senado (1950-1951), que se propuso investigar el crimen organizado llamando a declarar a gángsters de todo el país. Fue televisado en directo y fue un acontecimiento en su época. Alcanzó su máxima audiencia cuando testificó con su voz afónica el gángster Frank Costello, primer modelo del personaje de don Vito. Lo mejor de todo es que no se le veía, porque sus abogados exigieron que no se encuadrara su cara. En la imagen solo aparecían sus manos nerviosas y se oía su voz raspada, resultado de una operación de las cuerdas vocales cuando era joven. Coppola le mandó los videos a Marlon Brando para que se inspirara, y a partir de unas manos y una voz él puso lo que le faltaba al personaje. Costello en realidad se llamaba Francesco Castiglia y en ese caso él se cambió el nombre. Todos los capos italoamericanos lo hicieron para adaptarse o, como Lucky Luciano, para renegar de sus raíces.

Si quieres saber más sobre la Mafia de la vida real y la Mafia de las películas, no dejes de leer Crónicas de la mafia, de Íñigo Domínguez.

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Crónicas de la mafia, de Íñigo Domínguez, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Crítica.