‘Nación criminal’, narrativas del crimen organizado y el Estado Mexicano

Una de las agendas centrales de las narrativas literarias y fílmicas mexicanas desde los ochenta representan historias criminales es deslegitimar las instituciones del Estado. No proponen, sin embargo, una derogación del Estado, sino el análisis de sus instituciones como un sistema criminal. La crítica se enfoca, entonces, es la descomposición de la estructura oficial en la medida en que varios personajes de historias criminales son parte también del aparato gubernamental, lo que pone en duda la efectividad del Estado. El vínculo entre representantes del gobierno y los grupos criminales establece un sistema de impunidad e inseguridad, lo que ha de entenderse, más como una falla del Estado, como un sistema político y económico que se vale de la violación de la ley para constituirse. No necesariamente quiere decir que en las representaciones del crimen en México exista una intención definida de promover una cultura de resistencia frente al Estado entre los escritores y realizadores de cine, ni que el público las haya considerado explícitamente proclamaciones de algún programa político. Lo político toma lugar en una zona subrepticia de la representación, ahí donde el criminal llega a interpretarse como héroe frente a la deslegitimación de las instituciones, o bien donde actúa como villano asociado a las fuerzas oficiales: ya sea por seducción o por aversión, la representación del héroe en estas narrativas se determina políticamente. La propia materia emotiva que sustenta el contenido de las obras literarias y fílmicas termina por establecer un conjunto de inercias que se consolidan finalmente como la lógica de representación de lo social: el Estado es enemigo de la ciudadanía, y en las cortes internacionales es acusado de violaciones a los derechos humanos y del deterioro del contrato social. En este sentido, el humor negro y la insistente sentimentalización melodramática -que para una crítica esteticista es un mero producto comercial de consumo masivo, sin más intencionalidad que el entretenimiento- resultan ser, de acuerdo con nuestro análisis, formas de diseminación de simpatías y renuencias que van a incidir en las políticas cotidianas, o como queramos referirnos a las visiones de realidad social comúnmente aceptadas.

Extracto de Nación criminal: narrativas del crimen organizado y el Estado mexicano, de Héctor Domínguez Ruvalcaba.

nacion-criminal-portada

Nación criminal: narrativas del crimen organizado y el Estado mexicano, de Héctor Domínguez Ruvalcaba, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Ariel.

portada_nacion-criminal_hector-dominguez-ruvalcaba_201504071908.jpg
Héctor Domínguez Ruvalcaba

Narrativas del crimen organizado y el estado mexicano.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *