«La mujer loca» de Juan José Millás

Las últimas palabras, más que pronunciarlas, las ha arrastrado, mientras caía y caía en el sueño en el que Millás la observa hundirse contra su voluntad, pues a medida que se duerme aprieta la mano del visitante como si de ese modo se aferrara a la vigilia. El primer ronquido, que tiene la calidad de un estertor, sobresalta a Millás. Luego, al comprobar que todos son idénticos y, en esa mediad, normales, se libera de la mano de Emérita, se pone de pie y tras observar el caos de aquella habitación, donde la enferma parece un trasto más, sale al pasillo y desde él llega al salón, donde Serafín, Carlos Lobón y Julia permanecen sentados, hablando de cualquier cosa.

-Se ha dormido –dice Millás

Serafín mira el reloj y compone un gesto extraño.

-Pues ahora le tocaba la marihuana. Se ve que la conversación le ha hecho bien.

Millás toma asiento y piensa que, observados desde fuera, habría sido imposible deducir la relación que les une. Acepta un té que le prepara Julia y se incorpora mecánicamente a la conversación. Dice que no puede dejar de observar a la chica, por su fealdad rara, casi en la frontera de lo sublime. Y dice que de repente, interrumpiendo la conversación general, la joven se dirige a él para preguntarle:

-Usted es escritor, ¿verdad?

-Sí –dice Millás intimidado.

-¿Sabría decirme por qué la frase “soy una frase incorrecta” es correcta, mientras que “soy un frase correcto” es incorrecta?

Millás ríe buscando la complicidad de Serafín y de Lobón, que permanece serios, como Julia, atentos a su respuesta. Dice:

-Bueno, “soy una frase incorrecta” es correcta, formalmente hablando, porque todos sus elementos concuerdan. Otra cosa es que mienta acerca de sí misma. En “soy un frase correcto”, en cambio, hay problemas de concordancia. “Un” debería ser “una” y “correcto” debería ser “correcta”.

-Pero también miente –dice Julia.

-También miente –acepta Millás.

Y eso fue todo.

Extracto de La mujer loca de Juan José Millás

MujerLoca

SINOPSIS

Por el día, Julia trabaja en una pescadería y en las noches estudia gramática; en su tiempo libre ayuda a cuidar a Emérita, una enferma terminal. En la misma casa, está Millás, quien está haciendo un reportaje sobre la eutanasia. En las visitas de Julia, el escritor se siente atraído por la idea de novelar la vida de la joven. Mientras tanto, Emérita revela un secreto que ha guardado toda su vida e involucran al escritor como un personaje. ‘La mujer loca’ es una relación de la realidad y la ficción y en la cual el lector decide qué es lo real o lo falso.

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Una novela que miente, una novela de verdad.

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