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‘La magia de la vida de Viviana Rivero’

La nueva perspectiva profesional era muy alentadora, pero seguía desgarrada por la partida de Manuel. En los últimos días había recibido de él dos correos bastante cortos; en uno, le decía que había llegado bien; y en el otro, le contaba pequeños detalles de la estadía y le prometía que, en cuanto estuviera más tranquilo, harían Skype. Ella le había respondido contándole de su viaje, pero él aún no le había escrito sobre la noticia. Y ahora que se iba, ni siquiera tenía la certeza de saber si Manuel estaba al tanto de que ella estaría viviendo en Europa los próximos meses. Esta idea le dolía, la hacía sentir aún más lejos de él. De su grupo de amigos se había despedido la noche anterior con una cena en la casa de Sofía; de su hermano mayor, Matías, que vivía en Brasil, con una larga llamada. Y ahora esperaba a su padre, que vendría con su mujer, para llevarla a Ezeiza. Le daba pena pensar que, si su madre o su abuela estuvieran vivas, seguramente le estarían dando un buen consejo con respecto a qué hacer con Manuel. Hacía casi diez años que había perdido a Irene, su madre; y dos, a su abuela Abril, quien había muerto a los ochenta y nueve años. Y, claro, todavía las extrañaba. Una de las cosas que haría en este viaje sería cumplir con un eterno encargo que le había hecho su abuela en las oportunidades que la había visto empacar sus valijas rumbo a Europa: averiguar sobre un cuadro que fuera de la familia de su amado marido Juan Bautista. Entre las muchas obras de la pinacoteca, la abuela siempre había ponderado el retrato de la madre de Juan Bautista, un cuadro pintado en Italia que tenía tras sus espaldas una larga historia. Solía decir, además, que a esa pintura le faltaba otra con la que hacía juego. El padre de Emilia tenía en su casa ese cuadro con la imagen de la mujer vestida de rojo. Pero, según la abuela Abril, faltaba el retrato del hombre. Aparentemente, los padres de su abuelo Juan Bautista, ambos pintores italianos, se habían retratado uno al otro con la idea de que los dos cuadros estuvieran siempre juntos. Se decía que ellos se habían amado mucho. Y era una pena que la familia aún no hubiera logrado unir las dos pinturas. Esta vez, ella iba a Europa con tiempo y trataría de averiguar el destino del cuadro del hombre, ese del que tanto le había hablado su abuela.

Extracto de La magia de la vida de Viviana Rivero

MAGIA

SINOPSIS Emilia Fernán está desgarrada por la partida de su novio, por fortuna se le presenta una oferta de trabajo en Florencia, para escribir una serie de artículos sobre comida europea. Estando allá cumplirá un pedido de su padre: encontrar alguna pista que la lleve a encontrar el cuadro perdido del maestro Camilo Fiore. En su estancia conoce a Fedele, quien la hará vivir un amor intenso como nunca. El destino los llevará hasta el castillo de un viejo conde en Piacenza, lugar que guarda secretos desde la Segunda Guerra Mundial. La autora traza una trama que cruza por épocas y continentes relatando un amor único con un final inesperado.

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