Flash Boys: la revolución de Wall Street contra quienes manipulan el mercado

Parte del problema de Ronan era que no tenía el aspecto de un bróker de Wall Street. Tenía la piel pálida, los hombros estrechos y encorvados, y la inquieta cautela de alguien que hubiera sobrevivido a una gran hambruna y estuviera temiendo otra. Era enjuto y receloso, como una mangosta, y además carecía de la habitual habilidad del comercial financiero consistente en enterrar cualquier duda que pudiera tener sobre sí mismo y aparentar ser más importante y entendido de lo que realmente era. Y sin embargo, desde el momento en que vio por primera vez un piso de remates en Wall Street, con poco más de 20 años, Ronan Ryan no deseó otra cosa con más anhelo y fervor que trabajar algún día en la emblemática institución, y no lograba comprender por qué no terminaba de encajar allí. «Era difícil no enamorarse de la perspectiva de ser uno de esos hombres de Wall Street a lo que la gente teme y que ganan tanto dinero», dijo. Sin embargo, resultaba difícil imaginar que alguien pudiera tener miedo a Ronan.

La otra parte de su problema era su incapacidad o reticencia a ocultar su origen humilde. Nacido y crecido en Dublín, había llegado a Estados Unidos en 1990, cuando tenía 16 años. El gobierno irlandés había enviado a su padre a Nueva York para intentar convencer a las compañías estadounidenses de que se trasladaran a Irlanda por los beneficios fiscales, pero muy pocos imaginaban que lo harían realmente, pues Irlanda era pobre y sombría («Para ser sincero, era un agujero de mierda», dijo Ronan). Su padre, que no nadaba en la abundancia precisamente, se había gastado hasta el último centavo que tenía en alquilar una casa en Greenwich, Connecticut, para que Ronan pudiera asistir al instituto público local y empezara a tener una vida de «niño rico». No me lo podía creer -dijo Ronan-, ¡algunos de los muchachos de mi edad tenían su propio coche, y los que no lo tenían, se quejaban de tener que ir en el autobús escolar! Y yo les decía: «¡Este maldito autobús te lleva hasta la misma puerta del instituto! ¡Y gratis! ¡Antes de venir aquí, yo tenía que caminar cinco kilómetros cada mañana para llegar!». Es muy difícil no enamorarse de la vida estadounidense».

Extracto de Flash Boys, de Michael Lewis.

Flash Boys portada

Flash Boys, de Michael Lewis, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Paidós.

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