En el buró de Carolina del Olmo

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¿Cuál ha sido el mejor libro que ha leído este año?

¿No pueden ser tres? ¡Es que ha sido un año muy bueno!

Owen Jones, Chavs. La demonización de la clase obrera en Inglaterra, un interesantísimo y ameno análisis de cómo el auge del neoliberalismo ha supuesto un ataque sin precedentes a la clase obrera, sus instituciones, su cultura y su orgullo.

Rose George, La mayor necesidad: un paseo por las cloacas del mundo. El libro tiene ya cinco o seis años, pero yo lo he descubierto ahora. Es un recorrido apasionante por un mundo en principio tan poco atractivo como el del saneamiento. Es fascinante lo que se puede aprender del mundo en el que vivimos repasando un tema más o menos marginal.

César Rendueles, Sociofobia, un texto imprescindible para comprender el momento político y social en el que nos encontramos y una herramienta valiosísima para pensar nuestro futuro con lucidez, sin miedo y con cierta esperanza.

Si tuviera que escoger a una o un novelista favorito, ¿cuál sería?

Si me lo hubierais preguntado hace 20 años habría dicho que Heinrich Böll. Sobre todo su novela Historias de un payaso, me apasionaba. Ahora mismo, en cambio, me veo incapaz de dar un solo nombre, ni siquiera un género: desde James Ellroy hasta Dostoyevski, pasando por Mercé Rodoreda, Ursula K. Le Guin, T. C. Boyle o Chimananda Ngozi Adiche… Me temo que tengo un panteón ecléctico y bastante caprichoso en el que es imposible imponer jerarquías.

¿Qué tipo de historias son las que le atrapan?

Iba a decir que me gustan las historias más o menos aterrizadas, no en exceso fantasiosas, pero entonces he recordado que soy bastante fan de cierta ciencia ficción. Me temo que, una vez más, no tengo respuesta: creo que me puede atrapar cualquier tipo de historia que esté bien contada. Y siento un gran aprecio por el humor en la narrativa.

¿En qué manera influyen en su vida los libros que lee?

Me gustaría poder decir que muchos de los libros que leo me hacen reflexionar sobre nuestro presente y las posibilidades de un cambio político profundo. Pero en estos momentos me temo que la influencia más clara de los libros es que me roban espacio en casa y hasta tiempo de estar con mis hijos…

¿Qué libro nos sorprendería encontrar junto a su cama?

Creo que con lo de la ciencia ficción y James Ellroy ya lo he confesado prácticamente todo… Lo que me sorprendería a mí sería encontrar algún clásico de la filosofía moderna como Kant o Hegel: dudo muchísimo que vaya a apetecerme nunca más acercarme a esos textos.

¿Cuál ha sido el libro que más le ha marcado?

Buf, eso debería decírmelo alguien a mí: me temo que no me conozco tan bien. Pero si pienso en libros que se me hayan grabado fuerte en la memoria, me acuerdo siempre mucho de Cuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr y de El aula voladora, de Erich Kästner. Esos de cuando era niña. Y de mi vida adulta, no sé, son tantos los que me han hecho cambiar de idea (una y otra vez) que no sé ni por donde empezar.

Su lugar favorito para leer es…

Antes, cuando había silencio, era el sofá de mi casa. Hoy casi diría que un vagón de metro (cuando me toca ir sentada).

¿Cuál es el primer libro que recuerda haber leído?

Recuerdo con mucho cariño algún cuento ilustrado, como Los tres bandidos. Pero si pienso en libros-libros, mis primeros recuerdos son de los libros de Celia, de Elena Fortún, o la estupenda serie de aventuras de Óscar, de Carmen Kurz. O también el Bandido Saltodemata, de Ottfried Preussler.

¿Había libros en su casa cuando era niño?

Muchos. Y muy variados. Tuve esa inmensa suerte.

¿Tiene un héroe o personaje favorito de literatura infantil?

Por supuesto que sí: Pippi Calzaslargas, la niña revolucionaria y simpatiquísima creada por Astrid Lindgren. Me apasiona tanto en libro como en la serie de televisión.

¿Cuál ha sido el mejor libro que le han regalado?

Pues la verdad es que no me regalan muchos libros. Supongo que piensan que tengo ya demasiados… Pero uno que recuerdo especialmente fue Historias de almanaque, de Bertolt Brecht. Me lo regalaron mis padres cuando cumplí diecisiete o dieciocho años y, ahora que lo pienso, bien lo podía haber mencionado en la pregunta sobre los libros que me han marcado.

¿Qué libros están en su buró en este momento?

La editorial Clave Intelectual acaba de enviarme Madres en red. Del lavadero a la blogosfera, una reflexión sobre el papel de Internet y las redes sociales en la maternidad y la crianza que tiene muy buena pinta. Y tengo también a la espera Viviendo mi vida, de Emma Goldman, que acaba de sacar la editorial Capitán Swing.

¿Qué libros adornan la mesa de su sala?

Últimamente La oruguita glotona, Donde viven los monstruos o Los tres bandidos. Los libros de mayores procuro no arriesgarme a dejarlos sobre la mesa…

¿Cuál fue el último libro que le hizo llorar?

No creo que haya sido el último, porque lo leí hace ya seis años o así, pero hay un relato en Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, que me basta con traerlo a la memoria para volver a llorar una y otra vez.

¿Cuál fue el último libro que le hizo reír?

Soy de risa fácil, así que más que el último prefiero decir el que más me ha hecho reír últimamente: Música acuática, de T. C. Boyle. No podía leerlo en el metro porque me daba vergüenza los ataques de risa que me daban.

¿Cuál fue el último libro que le hizo haber deseado ser usted quien lo escribió?

Por tu propio bien. 150 años de consejos expertos a las mujeres de Barbara Ehrenreich y Deirdre English. Es tan interesante, tan bien escrito, tan ameno y bien planteado y se acerca tanto a lo que yo planeaba que a punto estuvo de hacerme abandonar la escritura de ¿Dónde está mi tribu?

¿Cuál fue el último libro que abandonó sin terminar de leerlo?

Últimamente leo muy poco así que no me suele pasar lo de abandonar un libro a la mitad: selecciono mucho, me asesoro con gente de la que me fío, y mis elecciones no suelen fallar. Abandonos sonados, para mí, han sido La isla inaudita, de Eduardo Mendoza, un autor que ha escrito otros libros que me han gustado muchísimo. Y algunos supuestos nuevos talentos de la literatura española cuyos nombres prefiero no mencionar, que no se trata aquí de hacer daño…¿A qué escritor, vivo o muerto, le gustaría conocer? ¿Qué le preguntaría?

Pues creo que a John Kennedy Toole, el autor de la Conjura de los necios. O quizá a Pasolini. A cualquiera de los dos les preguntaría lo mismo: ¿están las cosas ahora aún peor que cuando ellos escribieron o solo me lo parece a mí?

 Su siguiente lectura será…

Espero que sea La piedra de moler, de Margaret Drabble. Me lo recomendó muchísimo un amigo hace ya más de un año y por un motivo o por otro voy posponiendo su lectura…

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