‘En busca del azul’, la segunda entrega de la serie ‘El dador de recuerdos’

A continuación, te compartimos un fragmento de En busca del azul, la segunda parte se la serie El dador de recuerdos, escrita por Lois Lowry.

Disfrútalo:

-¿Mamá?

No obtuvo respuesta. Tampoco lo esperaba. Su madre llevaba cuatro días muerta, y Kira sabía que los últimos vestigios de su espíritu se alejaban ya.

-Mamá.

Volvió a llamar, en voz baja, a aquello que se iba. Pensó que sentía su despedida como sentiría un pequeño soplo de vida nocturna.

Ahora estaba totalmente sola. Kira sintió la soledad, la incertidumbre y una gran tristeza.

Aquello había sido su madre, la cálida y vital mujer que se llamó Katrina. Después, tras una breve e inesperada enfermedad, se había convertido en el cuerpo de Katrina, que aún contenía su persistente espíritu. Tras cuatro atardeceres y amaneceres, también su espíritu se había ido. Solo era un cuerpo. Vendrían los enterradores y echarían una capa de tierra sobre su carne, pero aún así se la comerían los hambrientos animales con garras que venían de noche. A continuación, sus huesos se dispersarían, se pudrirían y se desmenuzarían hasta convertirse en parte de la tierra. 

Kira se pasó la mano por los ojos, que se le habían llenado de lágrimas de repente. Había amado a su madre y la extrañaría terriblemente. Pero había llegado el momento de irse. Apoyó su bastón en la tierra mullida, y se puso de pie.

Miró a su alrededor, dudando. Todavía era joven y hasta entonces no había experimentado la muerte, al menos no en la pequeña familia de dos personas que habían formado ella y su madre. Por supuesto, había visto cómo otras personas cumplían con los rituales. Veía a algunas en el vasto y fétido Campo de la Partida, agazapadas junto a aquellos a cuyos insistentes espíritus aún atendían. Sabía que allí estaba una mujer llamada Helena, viendo cómo el espíritu abandonaba a su niño, que había nacido prematuramente. Helena había llegado al Campo el día anterior. A los recién nacidos no tenían que velarlos durante cuatro días; sus espíritus, como si fueran suspiros, apenas acababan de llegar, por lo que se iban con rapidez.

Kira ya no tenía familia. Ni casa. Habían quemado la choza que compartió con su madre, como siempre se hacía tras una enfermedad. La pequeña construcción, el único hogar que Kira había conocido, ya no existía. Vio el humo a lo lejos mientras estuvo sentada junto al cuerpo. Al tiempo que veía alejarse al espíritu de su madre, también había visto girar en el cielo las cenizas en que se habían convertido los fragmentos de su infancia.

Sintió un pequeño escalofrío de miedo. El miedo siempre formaba parte de la vida de las personas. Por él, construían lugares dónde refugiarse, buscaban comida y cultivaban cosas. Por la misma razón, almacenaban armas y las guardaban hasta que las necesitaran. Tenían miedo al frío, a la enfermedad y al hambre. Tenían miedo a las bestias.

Y era el miedo lo que la impulsaba entonces, mientras estaba allí, apoyada en su bastón. Miró por última vez al cuerpo sin vida que antes había contenido a su madre, y pensó adónde ir.

Extracto de En busca del azul, la segunda entrega de la serie El dador de recuerdos, de Lois Lowry.

En busca del azul portada

En busca del azul, de Lois Lowry, está disponible en librerías y tiendas en línea bajo el sello Destino.

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