´COCTELES CON HISTORIAS DE JULIO PATÁN´

Todavía hoy se dice: “Vamos a tomarnos un coñac” o, mejor, un coñá, a pesar de que es una denominación de origen más francesa que el himno.  Es propio de tierras de vino, y tiene que ser así, porque el brandy es un destilado de vino que, a diferencia del tequila, por ejemplo, debe pasar por un periodo de añejamiento, en barricas de roble por añadidura. Entre el brandy-brandy y el brandy que es el coñac hay diferencias de matiz, pero ya sabemos que en los detalles se sconde el diablo. Fundamentalmente, las diferencias son las clases de uva y el tipo de roble con que se hacen los barriles (el estadounidense que se usa en los brandis-brandis absorbe menos taninos que el limousin francés).

Imaginarás entonces que durante el paseo alcohólico que es este libro caminaremos, cuando hablemos de brandis, rumbo a tierras españolas. Tiene  sentido. Azorín, uno de los chicos de la Generación del 98’, tiene una obra de teatro que se llama Brandy, mucho brandy, de 1927, un sainete en tres actos que fue un sonoro fracaso. Lo imaginarás y te equivocarás. Prefiero sorprenderte y pedirte que me acompañes a otra geografía del brandy: la colonia Bondojito, en la ciudad de México.

Barrio duro, la Bondojo, propicio para ciar gente que se gane la vida con los puños. Como uno de los grandes boxeadores mexicanos, Rubén Olivares, al que se conoce como el Púas, lo que no deja de ser irónico, porque bondo, de donde viene el nombre de su colonia, es una palabra otomí que significa nopal pelón.

Nunca fue ni será pelón Olivares, distinguible por una cabellera tupidísima y rejega, un verbo gracioso, barrial, y una biografía de grandes contrastes: fue campeón mundial pluma y gallo, ganó fortunas, hizo películas de ficheras y se candidateó para al Asamblea del DF; también despilfarró hasta el último dólar, perdió varias peleas por su resistencia al gimnasio y sobre todo por su resistencia al alcohol, que era nula: se lo tomaba siempre que se le ponía enfrente, y eso era asunto cotidiano.

Extracto de Cocteles con historias de Julio Patán

cocteles

SINOPSIS Desde el anís, el brandy, la cerveza, el Martini, la ginebra, el daiquirí,  el tequila, el vino y 40 bebidas más, este libro recorre nuestras bebidas favoritas evocadas con frases y anécdotas de personajes celebres. Este libro es una invitación para saborear las hojas como la bebida.

2 pensamientos sobre “´COCTELES CON HISTORIAS DE JULIO PATÁN´”

  1. Soy Domicano y vivo N Y y veo y disfruto mucho su programa final de partida el cual conduce junto Nicolás muy interesante los felicito el programa es instructivo diverso y divertido gracias por esa produccion

  2. No entiendo por qué no se incluyó una bebida absolutamente “chilanga” (hasta donde sé) y que tiene abolengo (no muy conocido) como es la PIEDRA.

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