Ciencia y tecnología: recuperando a Carl Sagan

Las reflexiones de este hombre de ciencia cobran nuevos significados para aplicarlos hoy

El origen de la vida y el Universo son dos de las preguntas más recurrentes en todas las épocas y, a través del tiempo, figuras como Paul Broca, el neurólogo francés del siglo XIX; Robert Goddard, padre de la moderna exploración espacial, y Albert Einstein, fundador de la física moderna, han escrito páginas de conocimiento que permiten a los hombres adentrarse en los misterios.

En El cerebro de Broca, publicado en el sello Crítica, el recordado científico Carl Sagan recupera algunas de los artículos y reflexiones que publicó entre 1974 y 1979 al estudiar el pensamiento de las tres figuras citadas y, aun con los años que han transcurrido desde entonces, sorprende su lucidez y la vigencia que tienen todavía.

Específicamente, Sagan se lanza contra lo que califica como pseudociencias o “fabricantes de paradojas”, para referirse a quienes optan por inventar elaboradas teorías sin comprobación para pretender responder grandes interrogantes o explicarlas sin someterse a la comprobación y a la comparación con otros sistemas de creencias, científicas y religiosas.

“Tanto la pseudociencia como la religión organizada encierran muchos engaños y peligros”, sostiene Sagan. “Aunque los practicantes de tales doctrinas suelen desear que no existan críticas que precisen una réplica por su parte, tanto en ciencia como en religión el único medio de separar las intuiciones más fructíferas de los más profundos sinsentidos es el recurso a un examen escéptico”.

Una muestra de ello es la controversia alrededor de las ideas de Immanuel Velikovsky, tal como las presenta en el libro Worlds in Collision, al que considera un intento de darle validez a la Biblia y a otras manifestaciones populares como la historia, cuando no la teología, por lo que desmenuza una a una las inconsistencias que encuentra a la luz de la ciencia.

Carl Sagan (Nueva York, 1934 – Seattle, 1996): Fue profesor de la cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias Espaciales y director del Laboratorio de Estudios Planetarios de la Universidad de Cornell; Distinguished Visiting Scientist del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) del Instituto de Tecnología de California y cofundador y presidente de la Sociedad Planetaria, la más importante del mundo dedicada a temas del espacio. Recibió numerosas distinciones (Premio Pulitzer, medallas de la NASA, el Premio Apollo, el Premio Masursky y la medalla del Bienestar Público de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos) y un asteroide, el 2709, fue bautizado con su nombre.

Entre las obras publicadas por Editorial Planeta figuran: Cosmos, El cometa, Sombras de antepasados olvidados, Un punto azul pálido, y El mundo y sus demonios.

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